El 10 de mayo del 2021, un grupo de excursionistas que visitaba el Parque Nacional de Yellowstone (Wyoming, Estados Unidos) se encontró con un oso grizzly y sus tres cachorros en el camino. La mayoría de los integrantes del grupo retrocedieron poco a poco y volvieron a meterse en sus vehículos o se fueron andando, pero una persona decidió acercarse un poco más y ponerse a sacar fotos y vídeos con el teléfono móvil. El oso, en modo protector, amenazó con cargar y atacarla y, aunque en un principio ella ni se movió, luego retrocedió a toda prisa. El vídeo se hizo viral.

Esa persona fue identificada como Samantha Dehring, una chica de 25 años de Illinois. Se la acusó de varios cargos como "permanecer deliberadamente, acercarse y fotografiar vida silvestre a menos de 100 yardas (unos 90 metros)" o "alimentar, tocar, asustar o molestar intencionadamente a vida salvaje". El fiscal, contundente durante el jucio, llegó a decir que "acercarse a un oso grizzly con sus cachorros es una estupidez, la suerte es la única razón por la que Dehring es una acusada penal y no una turista mutilada"; y recordó que "el parque de Yellowstone no es un zoo donde los animales se pueden ver desde una zona segura, se trata de especies y ejemplares libres que viven en su habitat natural y que si se sienten amenazados responderán de  manera instintiva".

Expuestos los hechos y retirados algunos cargos como parte del trato, el juicio acabó con una condena de 4 días de prisión para Dehring, así como multas de poco más de 2.000 dólares y la prohibición de acceso al parque. Desde Yellowstone lo entienden como una condena ejemplar y aprovechan para recordar que cualquier turista, excursionista o aventurero que quiera adentrarse en el National Park debe mantenerse a una distancia de por lo menos 20 metros con bisontes, alces, ciervos o coyotes, así como 100 metros con osos y lobos. "Por la seguridad de los visitantes y de los animales", puntualizan.