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Bodyboard

Muere el inventor del bodyboard

Tom Morey, quien inventó un deporte tan popular como el bodyboard a principio de los 70s, ha fallecido dos meses después de cumplir 86 años.

Actualizado a
Un bodyboarder se desliza por una ola en el campeonato del mundo de bodyboard.
Wikimedia Commons

Hace 4 años saltaba la alarma porque Tom Morey, inventor del bodyboard, sufría graves problemas de vista que apenas le permitían ver algo y estaba sin dinero. Así, sus amigos se movilizaron creando una campaña para ayudarle a pagar su casa en San Clemente (California) alegando que siempre ha sido más inventor que empresario y que por eso había llegado a esta situación. Ahora, dos meses después de cumplir los 86, muere el artífice de uno de los deportes estrella en las olas del mar.

Morey deja como legado el bodyboard, un deporte que inventó tras iniciar su aventura con el surf y un trabajo como ingeniero en una compañía aeroespacial. Eso le dio unos conocimientos para expermientar con materiales en el mar. En 1971, tras mudarse a Hawái desde California, partió una tabla de surf de foam en dos, le dio forma al foam, lo cubrió con un papel de periódico impermeabilizado y creó el Boogie Board. Él mismo sería el encargado de probarlo metiéndose al agua con sus aletas en los pies, olas de un metro y encontrando una nueva forma de sentir la ola.

Tom Morey posa con la primera tabla de bodyboard.
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Tom Morey posa con la primera tabla de bodyboard.Facebook

Tras algunas sesiones con el Boogie, un hombre le preguntó por comprarla y le puso un precio de 10 dólares. Fue la primera venta de una tabla de bodyboard. Después, con un anuncio en la revista Surfer, vendió tres más y obtuvo el dinero para ir aumentando su producción. Aunque en las tiendas de surfing le recibían con reticencias, no se rindió y fue directamente a las playas con sus innovadoras tablas.

Tres años más tarde patentaría la marca Morey Boogie, que vendería posteriormente en 1977 -cuando venía ni más ni menos que 80.000 corchos anuales- y hoy en día es propiedad de Wham O, que posee los derechos sobre la marca registrada. Eso significa que nadie más puede vender un Boogie, sino un bodyboard. El problema es que cuando la vendió lo hizo para centrarse en inventar más cosas. Pero con ninguna de ellas, ni con la más importante que creó, hizo dinero suficiente para pasar sus últimos años de vida con tranquilidad. Por eso sus amigos decidieron ayudarle. Descanse En Paz.