Un fabricante de féretros crea tablas de skate con los ataúdes que no vende
El artesano tailandés Anusorn Yungyearn se reinventa ante el boom del surf y el skate en Tailandia. Las primeras tablas las regalará con fines solidarios.
Un fabricante de féretros de Bangkok decidió darle un nuevo significado a "patinar a tumba abierta", creando tablas de skate con motivos y símbolos budistas, a partir de los ataúdes que no llega a vender, en un país en el que la popularidad de este deporte aumenta al mismo tiempo que el precio de las tablas.
Puede que haya sido el cierre de los bares y los gimnasios como consecuencia de la pandemia de covid-19, o puede haber sido otro motivo, pero el caso es que por una razón u otra muchos jóvenes se han subido a una tabla para hacer skate o surf. En Tailandia, desde hace un año, se vive una ebullición de estos deportes. Tanto es así que hoy en día, en el país asiático, es fácil ver a grupos de jóvenes subiéndose a olas o zigzagueado por las callejuelas de la parte antigua de Bangkok en los campus universitarios.
En el almacén de Anusorn Yungyearn, artesano de 30 años, por el contrario, los féretros recién montados y decorados con arabescos y motivos se amontonaban sin remedio. Así que buscando una solución para ello, decidió convertirlos en tablas de skate. El motivo: "el proceso de fabricación de un skate es casi idéntico al de un ataúd".
Así, sin complicarse la vida, añade a la madera blanca lustrosa de sus féretros remates dorados en la parte de abajo. "Y le ponemos también el ángel budista tailandés y el reborde dorado tradicional", añade Anusorn.
Sus 10 primeras creaciones serán donadas a familias modestas y está cuidando cada detalle de la tabla de skate. "Quiero que los chicos más desafortunados en la vida tengan la oportunidad de patinar", afirma el artesano tailandés. "No quiero que le pidan a sus padres que les compren unas tablas que son muy caras", añade. Y es que "muchos niños ni siquiera han visto una tabla de skate, así que queremos que los que creamos a partir de féretros sean los más parecidos posible a una verdadera tabla", considera Anusorn. "Para que así los disfruten al máximo con una sonrisa", concluye.