En la esquina entre Tontine Street y Dover Road, en la pequeña localidad costera de Folkestone, al sureste de Inglaterra, sus 45.000 habitantes están a punto de poder disfrutar de un edificio inédito en el mundo: un edificio de varias plantas con skateparks conectados entre sí que será conocido como F51.

El edificio contará con un club de boxeo en el sótano, una planta baja con cafetería (con las partes más profundas del skatepark visibles en el techo) y una primera, segunda y tercera planta con skateparks de hormigón conectados entre sí por rampas, escaleras y ascensor, además de un rocódromo de 11 metros. En lo más alto del edificio, una terraza con vistas al Canal de la Mancha pone la guinda a esta faraónica construcción para los deportes urbanos.

Faraónica no solo por sus miles de metros cuadrados dedicados al skate, bmx, scooter o inline, sino por el tiempo que han tardado en construirlo. El proyecto empezó en 2015 y las previsiones iniciales eran que pudiera estar terminado a finales del 2017, inicios del 2018. Un considerable retraso en las obras y la posterior pandemia han aplazado el estreno.

Ahora, según informan los medios locales, se prevé que F51 esté acabado este próximo verano, sobreponiéndose así a las complejidades del diseño, a los fallos en los suministros (señalan directamente a la empresa española encargada de la fachada) y sobrecostes (el edificio estaba previsto que costara 12,5 millones de euros y se encarecerá...). 

Si consiguen sobreponerse a todos los obstáculos que ha habido tal y como explican, a finales del 2021 los amantes de los deportes de Folkestone y de toda Inglaterra, así como los del resto del mundo (en cuanto se levanten las restricciones) tendrán una visita obligada a este spot, construido como compensación a las 800-1.000 casas que el multimillonario Roger De Haan ha construido en la localidad.