La borrasca Filomena ha barrido España de sur a norte y ha dejado intensas nevadas en sitios tan poco habituales como la ciudad de Madrid, que se ha convertido en el centro de todas las noticias este fin de semana. Sin embargo, estando en confinamiento municipal y con todas las opciones de ocio no esenciales desactivadas por el Govern de la Generalitat, otros se alegraban de que el temporal trajera olas a playas donde no las hay todos los días. Como la Barceloneta, en Barcelona.

La ilusión de tener una buena y tranquila sesión de surf, sin embargo, también desapareció en el momento en el que la Guàrdia Urbana hizo acto de presencia en el espigón. Ocurrió el sábado y ha vuelto a ocurrir el domingo. Tal y como se puede ver en el vídeo, grabado en la playa de la Barceloneta por el fotógrafo José Antonio Sartorio, varios furgones se plantaron en el espigón que separa dicha playa de la del Somorrostro. Una vez allí, hicieron sonar sus sirenas y varios agentes hacían gestos con las linternas para echar a los surfistas del agua, recordándoles que el baño estaba prohibido.

Según explican los testigos que presenciaron la escena, varios surfistas hicieron caso omiso a las instrucciones de la policía barcelonesa, cogiendo unas cuantas olas antes de salir del agua. Y cuando finalmente salieron, lo hicieron lejos de donde estaban los agentes, corriendo por la playa e intentando evitar cualquier tipo de multa.

Un conflicto que se repite periódicamente

No es la primera vez que la policía de Barcelona echa del agua a los surfistas por estar surfeando durante un temporal o con bandera roja, que es precisamente de los pocos días que hay olas aceptables para los más expertos de la Ciudad Condal. En la mayoría de ocasiones, tal y como muestran las imágenes y como alegan los afectados cuando eso ocurre, "sin peligro alguno para quienes conocen a la perfección el comportamiento del mar".

En otras ocasiones, los surfistas han explicado también que una de las principales razones por las que esto ocurre es "porque existe un desconocimiento del surf por parte de las autoridades y falta una regulación definitiva". En este sentido alegan que sería impensable ver este tipo de actuaciones de la policía en otras ciudades con más cultura surfera (véase San Sebastián o Santander, por poner dos ejemplos), que a menudo tienen condiciones mucho más difíciles que las que se aprecian en el vídeo grabado durante el paso de Filomena.

Mientras no exista dicha regulación o un cambio de mentalidad, el surf en Barcelona seguirá siendo noticia periódicamente por noticias como esta. Y no será porque los surfistas no hayan intentado ponerle remedio al asunto. Han sido varias las iniciativas y manifestaciones que han hecho durante los últimos años. Al parecer, sin éxito alguno.