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Surf

La ola gigante de Jaws triturando a un surfista en POV

El polifacético Kai Lenny se mete con su GoPro en la memorable sesión de Jaws de inicios de diciembre y muestra lo que es caer en sus garras 'desde dentro'.

El surfista hawaiano Kai Lenny grabado desde la cámara GoPro de su tabla de surf en una ola gigante de Jaws (Pe'ahi, Maui, Hawái) el 2 de diciembre del 2020.
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La sesión de un surfista 'random' sigue la siguiente secuencia: remar, remar y remar, coger una ola; tirarse de la tabla cuando una ola gigante le va a barrer y no puede pasarla por debajo; recibir un centrifugado cuando te alcanza; pasar un rato bajo el agua hasta que todo se calma; sacar la cabeza y ver que vienen más olas de la serie que vuelven a arrastrarte. Y todo ello, en una ola gigante como la de Jaws, se multiplica por los metros de altura que tenga y las toneladas de agua que mueva. Así se ve desde dentro:

El vídeo está grabado desde la GoPro de la tabla de surf el reconocido surfista hawaiano Kai Lenny. Tal y como se puede apreciar, en esta ola de Pe'ahi (Maui, Hawái), se necesita también un jet ski que vaya a rescatarle y le saque de la rompiente para llevarle de nuevo al pico. A veces, sin éxito, volviendo a caer al agua y pasando de nuevo por el mismo proceso. Hasta que finalmente consigue salir de allí y respirar tranquilo.

Toca coger aire y esperar un nuevo set de olas. Cuando llega, se busca el pico, se encara la tabla, se vuelve a remar y a por esa ola que le hará salir de la sesión con una sonrisa en la boca. Esa ola... o si eres Kai Lenny, esas olas, una tras otra. Incluyendo alguna en la que parece que no va a salir y será centrifugado de nuevo, pero no, consigue mantener el equilibrio y salir del tubo, poniéndose las manos en la cabeza porque no se lo acaba de creer. Y se deja caer al agua, consciente de la ola que acaba de coger. Así se ve desde fuera:

Siguen llegando olas. Si le quedan fuerzas -como es el caso- el surfista sigue cogiendo olas. En alguna ocasión no se librará de volver a caer, incluso chocando contra la pared de la ola, que aunque pueda parecer agua... está dura como una piedra. Y aunque aparezca el viento, se sigue surfeando hasta el último aliento, porque no todos los días llegan marejadas como la del 2 de diciembre en Hawái y Kay Lenny sabe que hay que aprovecharlo. Y grabarlo, como ya hizo en una situación parecida en Nazaré con las olas gigantes del huracán Epsilon.