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Resuelven el misterio de los peces muertos y los surfistas intoxicados en Rusia

La muerte masiva de fauna marina y la intoxiación de muchos surfistas en Kamchatka ya tiene explicación: el calentamiento de los océanos.

Un miembro de Greenpeace equipado con un traje de protección amarillo recoge una muestra de agua en Kamchatka (Rusia) tras el episodio de contaminación que ha matado miles de peces y ha intoxicado a surfistas.
Dmitry SharomovGreenpeace

En septiembre, varios surfistas volvieron a casa con náuseas, vómitos, fiebre alta, ataques de tos y dolores agudos en la garganta tras haber surfeado en uno de los lugares preferidos para los surfistas en Rusia: Kamchatka. Greenpeace habló rápidamente de catástrofe ecológica en este sitio, que es ni más ni menos que Patrimonio Natural Mundial de la UNESCO.

Aunque en un principio se detectaron productos derivados del petróleo en cantidades superiores a la que permite la normativa, así como de fenol y otras sustancias, parece que los científicos -así lo publica National Geographic- han encontrado otra explicación. "La destrucción del 95% de la vida, que reposa ahora en el lecho marino, tendría que ver con una floración masiva de algas sin precedentes, tanto en tamaño como en duración", explican.

La noticia podría parecer buena, pero no lo es. De hecho, es mucho peor que un vertido. Tiene que ver con el calentamiento global y por tanto no es algo 'puntual'. El agua sigue siendo tóxica, según explica una de las surfistas que denunció el caso en primera instancia, Yola Zikratova.

En el portal especializado The Inertia cuentan que las floraciones de algas tóxicas es algo habitual en todo el mundo. El fenómeno se conoce también como 'marea roja' y puede generar efectos como el de las olas fluorescentes (y tóxicas) que vimos en California en verano. También son habituales en el Golfo de México o Maine, así como Australia, por citar algunos ejemplos. Sin embargo, debido al calentamiento global, se producen más a menudo y en zonas como Kamchatka, que ha tenido un otoño y un verano más caluroso de lo habitual. Algo que según los expertos podría tener consecuencias catastróficas para el ecosistema de la zona.

Desde Greenpeace llevan también un mes investigando y seguramente darán con alguna explicación -la misma o quién sabe si otra- en los próximos días. En cualquier caso, como comentan los científicos, ninguna parece 'buena'...