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Kitesurf

Una kitesurfista sobrevive a la picadura de una de las medusas más letales del mundo

La chica, de 13 años, sufrió una picadura de medusa irukandji mientras practicaba kitesurf en Melville Bay, en el North Territory de Australia.

La Medusa irukandji o Carukia barnesi es una de las medusas más pequeñas y letales del mundo. Aquí, en un pequeño bote que cabe en la palma de una mano de persona adulta.
GondwananetFlickr

ABC Australia relata el caso de una adolescente que acabó en el hospital tras la picadura de una de las medusas más pequeñas y -a su vez- letales del mundo. La protagonista es Indi Young, una chica de 13 años que recibió la picadura mientras practicaba kitesurf en Melville Bay, al noreste de la costa de North Territory (Australia).

Cuenta la kitesurfista australiana que nada más salir del agua notó que algo no iba bien. Las sensaciones iban empeorando y ya en el coche, de camino a casa, la situación se hizo insufrible: "Era como si me clavaran agujas en la piel, notaba mucho dolor, calambres fuertes, como si hubiera alguien ejerciendo mucha presión sobre mi cuerpo".

Su padre, Glenn Young, no tardó en darse cuenta de que no era ni  un dolor de estómago ni nada parecido y sospechó que se podía tratar de una picadura de la medusa irukandji (Carukia barnesi), habitual de esas aguas, especialmente entre octubre y mayo. Cuando llegaron al Gove District Hospital, el dolor era insoportable y su hija no podía ni hablar. "Me temblaban los dientes, no sabía si tenía frío o calor, me dolían mucho la espalda y el pecho... estaba muy asustada", relata.

El personal del hospital confirmó que tenía claramente los síntomas de la picadura de una medusa irukandji, una de las más letales del mundo. No en vano, puede provocar ataques de corazón, una inflamación cerebral e incluso la muerte. El último caso que acabó así en la zona fue en 2007, cuando se llevó por delante la vida de un niño de 6 años.

Pequeña pero letal.
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Pequeña pero letal.Wikimedia Commons

Pero por suerte, Indi Young ha vivido para contarlo. Tras un tratamiento y la aplicación de una buena dosis de morfina, la joven kitesurfista se recuperó. Un par de días sin ir al cole y ya quiere volver: "Estoy lista para volver al agua".