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Un surfista pierde su tabla en una ola gigante y la recupera 2 años después a 8.000 kilómetros

Doug Falter sufrió un wipeout en una ola gigante en Waimea Bay (Hawái) y perdió su tabla. La han encontrado dos años después en Filipinas.

(COMBO) This combination image of two handout photographs show, at left, a picture taken by Brent Bielman on October 18, 2015 of surfer Doug Falter posing with his surfboard in Hawaii, and at right, an undated picture taken in 2020 courtesy of Giovanne Br
HANDOUTAFP

Doug Falter es un fotógrafo estadounidense que empezó a surfear a los 20 años en Florida (Estados Unidos) y luego se mudó a Hawái, paraíso del surf. Allí aprendió a surfear olas grandes y en uno de los mayores swells que recuerda, en Waimea Bay, sufrió un wipeout en el que perdió su tabla de surf, la primera que le habían hecho a medida.

En ese momento, su única esperanza era que algún pescador de la zona la encontrara. Lo que no se imaginaba es que la encontraría dos años después a 8.000 kilómetros de distancia, en el sur de Filipinas. En concreto, en la remota isla de Sarangani.

La historia es la siguiente: 6 meses después de perder la tabla de surf en Waimea Bay, un pescador la encuentra en Filipinas; 22 meses después de la pérdida, un profesor de primaria y aspirante a surfista, Giovanne Branzuela, se la compraba a su vecino por 2000 pesos (40 dólares); como el nombre del shaper, Lyle Carlson, se podía leer todavía en la tabla (que había cambiado el azul por el amarillo...), le mandó una foto vía Facebook y este la posteó en Instagram etiquetando a Falter.

Giovanne Branzuela y sus vecinos sujetan la tabla de surf de Doug Falter encontrada en la isla de Sarangani (Filipinas) dos años después de su pérdida en Hawái.
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Giovanne Branzuela y sus vecinos sujetan la tabla de surf de Doug Falter encontrada en la isla de Sarangani (Filipinas) dos años después de su pérdida en Hawái.HANDOUTAFP

"Cuando vi la foto no me lo podía creer, pensaba que era una broma", explicaba el propietario original en una conversación en Zoom con medios locales. Además, explicaba que en cuanto se acaben las restricciones de viaje por coronavirus, tiene la intención de viajar a la isla de Sarangani -y a la vecina de Balut- para recuperarla y ofrecerle una tabla de principiante a cambio al profesor, además de enseñarle a surfear. "Sería una bonita manera de cerrar la historia", afirma mientras va publicando vídeos en YouTube y recaudando dinero para la escuela de Branzuela.