El estudio anual sobre los ataques de tiburón en el mundo habla de tan solo 140 ataques en un año. Si se tiene en cuenta la gran cantidad de población que se baña en su hábitat, los incidentes son una cifra insignificante. Sin embargo, el gran depredador marino cuenta con una imagen que no se corresponde a los números.

Seguramente el vocabulario usado en vídeos, medios y redes sociales no contribuye a que la peligrosidad de los tiburones se corresponda con la realidad. Una prueba de ello son algunos de estos vídeos, que si bien hablan de acecho a niños, entre otras cosas, no se corresponden con lo que se puede ver en las imágenes, que es absoluta tranquilidad e indiferencia de los escualos ante la presencia de surfistas.

Uno está grabado en Tucurry Beach, New South Wales (Australia), por Rogue Droner. Otro por Aerodronemedia en South Beach, Florida. Y un tercero en Pismo Beach, California.

Realmente, los drones han aportado un nuevo punto de vista al surf y a los deportes acuáticos outdoor. También para localizar las criaturas marinas que comparten baño con surfitas, kitesurfistas y cía. Y además de meter el miedo en el cuerpo a más de uno... demuestran que en la mayoría de casos no hay por qué sufrir.