El fatídico año de Guillermo Carracedo: "Me pusieron casi 100 puntos en la cara"
El surfista gallego, campeón de España de SUP, revela una historia que incluso cuesta de creer. Pero es real como la vida misma.
Es posible que recientemente hayas visto a Guillermo Carracedo en televisión surfeando en Santiago de Compostela (sí, has leído bien), una historia con la que se ha hecho viral. Pero no es la única. El experimentado surfista gallego acumula unas cuantas experiencias dignas de ser contadas -como todas laque contamos en Instagram- y una de ellas tiene ya unos años...
El caso es que un un 1 de enero por la mañana, cuando todo el mundo volvía de la fiesta de fin de año con unas copas de más, el de Santiago se echaba al agua para surfear: "Me di con la tabla, llegué al pico y cuando iba a comentar la leche con mi primo, me dijo que se me caía la mejilla. Ahí empezó el año trágico". Previo paso por el hospital, serían sus primeros '16 puntos'.
En el Mundial de Surf de Nicaragua de ese mismo año, en junio, tuvo otra en una fiesta. Esta vez no era en el agua, pero sí con una tabla de surf con la que se tiró. Se dio con una mesa. Pero el gordo estaba por llegar, de nuevo en Galicia y a finales de agosto.
'El gordo' estaba por llegar
"Si le preguntas a cualquiera te dirán que la playa estaba llena de chicas y las olas eran increíbles, pero en Galicia normalmente se surfea solo y en agosto estaba disfrutando de una orillera que no llevaba a ninguna parte con unos amigos", explica Carracedo, quien añade que "lo aproveché para practicar aéreos con el Paddle Surf, a ver si caía alguno".
Como no controlaba mucho, tiraba de darles patadas a su tabla para darle la vuelta. Eso, sumado a un invento cortito, acabó en un enredo con la cola que le hizo recibir un tortazo de su tabla en el aire. "Lo primero que hice fue tocarme la cabeza y pensar que me había librado, pero empecé a bajar por la frente y vi que me podía meter el dedo dentro... y allí vi que era grave", relata el campeón de España de SUP. Sus amigos le ayudaron a salir del agua.
Antes de seguir con la historia, cabe decir que Guillermo Carracedo era un proyecto de médico, por lo que sabía lo que le iría pasando. De hecho, su familia tiene una estrecha relación con la medicina. Su padre, el Doctor Ángel María Carracedo Álvarez, es un catedrático de Medicina Legal, investigador y experto internacional en genética. "Ojalá un día se lleve el Nobel", dice su hijo, "aunque de clínica sabe poco". Su madre -que fue alumna de su padre- sí que sabía actuar en estos casos porque trabaja en la UCI y "está acostumbrada a ver cosas de este tipo".
¿De qué tipo? "Un agujero muy grande", decía una de sus amigas. Otro optaba por el "no te preocupes, son dos puntitos de nada", pero era solo para calmarle. Al final, Abel Lago (campeón de España de kitesurf en olas) le llevó a casa en la furgoneta. Allí, sus padres le llevaron hasta Muros "mientras empezaba a dejar de mover las manos, poder hablar...". Un helicópero le envió al hospital, pero antes de subir incluso se llegó a despedir de sus padres.
El resto de la historia la conoce porque se la han contado. El caso es que en el hospital se dieron cuenta de que tenía completamente rota la pared frontal, lo cual es muy complicado. "Hay unos TAC que dan miedo", asegura Guillermo Carracedo. Tras un par de días en la UCI le dejaron ir a casa porque sus padres son médicos, con una suma de puntos -55- que junto a los anterioes accidentes le hacía llegar casi al centenar en tan solo 8 meses.
Pero la historia no ha acabado. Los médicos le dijeron que ni se le ocurriera surfear en por lo menos 6 meses. "En 29 días volvía a estar en el agua", asegura el surfista gallego, "y aunque no estaba recuperado y de vez en cuando sangraba... poco a poco fui recuperando". Usó casco mucho tiempo y a día de hoy todavía tiene esa zona débil y cada vez que se cae se protege con la mano. Eso... y que ha conseguido llegar al top nacional e internacional de su disciplina.
Actualmente, Carracedo ya es médico. "Puedo tratarme a mí mismo y de hecho en Maldivas me cosí a mi mismo, pero también puedo tratar a los demás y decir eso de 'esto ya lo he tenido yo'", dice sin haber perdido el sentido del humor. Y concluye: "El surf es mi vida, me da igual los golpes que me lleve porque necesito surfear todoslos días para ser feliz...".