Kepa Acero: "Para mí no hay nada como entrar al mar y conectar con la fuerza de la naturaleza"
El surfista vasco nos cuenta cómo convirtió su pasión por viajar en un proyecto de vida y reflexiona sobre el futuro del planeta, la democratización del surf o los cambios sociales actuales.
Kepa Acero (Getxo, 1980) fue durante años un referente del surf nacional y encabezó las clasificaciones de la mayoría de competiciones, llegando a ser campeón junior de Europa. Luego, casi por sorpresa, decidió abandonar la competición y empezó a recorrer el mundo con otro propósito, el de explorar lugares remotos y transmitir su amor y respeto por el mar.
Desde hace años, el surfista vasco tiene claro que es necesario actuar e implicarse en la defensa del medio ambiente. Amante del océano y las aventuras, Kepa ha viajado por medio mundo mostrando, a través de piezas audiovisuales, la riqueza cultural y ambiental de lugares como Indonesia, África, Australia o distintos países de Sudamérica. Se ha implicado en la defensa de la conservación del mar desde distintos lugares y a través de diferentes acciones. Muy sensible con la protección de los océanos, hace unos meses se sumó a la lucha contra el plástico, para evitar que millones de toneladas de este material lleguen al mar y causen la destrucción del ecosistema marino.
Estás comprometido con el cambio climático desde hace años, ¿recuerdas cuándo sentiste la necesidad de involucrarte en el cuidado y defensa del medio ambiente de una forma más activa?
Es una historia larga. Cuando empecé a viajar por Alaska, en 2011, fui a una isla muy remota donde solo había osos y salmones (era muy, muy lejos) y me sorprendió ver la orilla llena de plásticos y residuos. Y claro, encontrarte tal cantidad de basura y de plástico en un sitio tan remoto e intacto como ese me impactó, aquello me cambió, me quedé horrorizado y bueno, diría que ese fue un momento clave.
Luego hubo otro momento, en Alaska, cuando vi que los glaciares iban cayendo y perdiendo terreno rápidamente, que también caló muy fuerte dentro de mí. Y un tercer acontecimiento, en la Antártida, durante un viaje con mi gran amigo Unai Basurko y su tripulación. Durante un mes salimos a recorrer la zona en su velero e íbamos acumulando plástico y residuos en el barco. El último día, cuando llegamos al puerto, nos dimos cuenta de toda la cantidad de residuos que habíamos generado y acumulado en la travesía y Unai nos insistía mucho con ese tema. A partir de ahí, empecé a darme cuenta que esto era un problema serio y comencé a documentarme, hasta hoy, que trato, con mis contradicciones, de hacer algo para que esto cambie.
Has sido imagen de un videojuego en el que se trataba de concienciar al jugador de los desastres del cambio climático, también has apoyado campañas en la lucha contra el plástico, ¿en qué otras acciones participas?
Sobre todo a través de la documentación, la fotografía y difusión de lo que realizo para tratar de concienciar a la gente de que esto va cuesta abajo y hay que darle la vuelta. Pienso que todavía se pueden cambiar las cosas. Acabo de hacer un proyecto audiovisual que se llama Respect the Locals, locals referidos a los locales del mar, aquellos que habitan nuestros mares. Es un proyecto de concienciación donde se habla, por ejemplo, de las ballenas francas, que hace tiempo habitaban una parte de la costa vasca y que desgraciadamente han desaparecido. Los que las cazaban no sabían qué estaban haciendo, pero nosotros hoy tenemos más información y podemos hacer que esto no vuelva a suceder.
Tus viajes, además de darte la posibilidad de practicar surf en lugares únicos o de conocer distintas culturas, ¿han cambiado tu manera de pensar?
A nivel personal, viajar (y más cuando viajas solo) es una experiencia fascinante no solo a nivel cultural, por la gente que encuentras o por tener la posibilidad de conocer la manera de vivir de cada lugar que visitas, sino también por la perspectiva que tienes cuando vuelves a casa. Te abre la mente, es un riqueza que no se puede describir fácilmente con palabras, pero te mejora como persona y te aporta una visión global del mundo.
Te das cuenta que el cambio climático no solo es un problema que afecta a unos pocos, nos afecta a todos y por eso tenemos que verlo como un problema global. Nos tenemos que ver como habitantes de un mundo en el que tenemos que estar unidos para cambiar las cosas, tenemos que vernos como hermanos, porque todos vamos en el mismo barco cuando se trata de combatir los efectos de la contaminación medioambiental.
¿Consideras que deportes como el surf deberían ser más activos en la defensa de los océanos?
Claramente sí, a pesar de todas las contradicciones que eso nos supone. Lo cierto es que nosotros (los surfistas) tenemos una conexión muy íntima con el mar y con nuestro entorno cuando surfeamos, pero al mismo tiempo utilizamos materiales que son químicos muy contaminantes. Vivimos con esas contradicciones. Los materiales del surf tienen que mejorar mucho, se están haciendo esfuerzos, usando materiales más biodegradables, pero falta mucho por mejorar.
Por mi parte, trato de seguir comprometido con el medio ambiente, viajando menos y cogiendo menos aviones (a pensar de que me cuesta mucho, porque me encanta viajar). Es una manera de hacerse consciente de la huella que cada uno deja. También he cambiado la manera de usar el coche, trato de juntarme con mis hermanos o con compañeros para no ir solo en coche a surfear, evitando así el consumo innecesario de energía. Son pequeños detalles, pero son claves para que las cosas cambien y también sirven para que los demás tomen conciencia de la necesidad de modificar determinados hábitos.
Además intento no consumir mucho, y esto lo aplico dentro y fuera del mundo del surf. A mí me encantan las tablas y tengo muchas, pero trato de compensarlo consumiendo menos otro tipo de cosas. Lo que trato de decir es que no puede ser que consumamos mucho de todo y todo el tiempo, que eso es lo que está pasando. Consumo principalmente productos locales, intento no comprar plásticos o productos que no sean biodegradables. Y repito que son detalles que parecen pequeños, pero que si todos los ponemos en práctica podemos hacer que las cosas cambien.
Y la industria del surf, ¿es cada vez más sostenible?
Está cambiando y para bien, al igual que la sociedad, que cada vez es más consciente de eso. En parte, es la sociedad la que está obligando a la industria del surf a cambiar y a generar productos más sostenibles. Y es cierto que hay mucho lavado de imagen (dentro y fuera del surf), básicamente porque la sociedad lo demanda, pero en general está evolucionando positivamente. Espero que con el tiempo, poco a poco, se vayan dando pasos hacia un compromiso real entorno a esta problemática que nos afecta a todos.
Hay que pensar en qué mundo vivimos y qué mundo queremos dejar a nuestros hijos y eso es una responsabilidad que afecta a toda la sociedad y que empieza por tomar conciencia de los productos que consumimos y de los productos que vendemos. Si todos nos comprometemos más, con nuestras contradicciones -como decía antes- a esto se le puede dar la vuelta.
Hay cierto temor en el surf (y en otros deportes) en posicionarse respecto a temas sociales como el feminismo o el cambio climático?
Creo que no es algo que pase en el surf de manera especial, es más cultural y está muy vinculado a cada país, en relación a cómo está educada la sociedad en ciertos temas y las políticas que cada país lleva a cabo. En el surf, por supuesto, el trato hacia las mujeres cambia mucho dependiendo del país en el que estés, en algunos claramente la visión es muy machista.
El otro día, por ejemplo, veía revistas de surf locales, de hace 15 años, donde a las mujeres se las trataba todavía como objetos, hoy encontrarte con eso sería imposible, así que creo que vamos por el buen camino, la gente cada vez está más concienciada con estos temas. Obviamente, deberíamos ser más conscientes, pero es un proceso complicado, en concreto el tema del machismo creo que necesita de una reflexión personal muy potente y profunda, nosotros, mi generación, ha vivido en una sociedad muy machista, más que la de hoy (que todavía lo es) y aunque intentamos cambiar, todavía falta hacer una reflexión interna para llegar a una igualdad real.
En ese sentido, no creo que sea tanto una problemática del surf sino una problemática social, de todos los días. Hoy todavía tenemos conversaciones habituales en chats con amigos donde el machismo está presente y son situaciones en las que uno ni se da cuenta. Falta mucho por trabajar, pero se está avanzando para que las cosas cambien.
Cómo ves el surf actualmente, se ha profesionalizado, en Tokio será Olímpico, ¿es un buen momento para este deporte?
Es un tema interesante para debatir. Creo que cada vez hay más gente surfeando y es una deporte que se ha democratizado, afortunadamente, porque el surf antes era muy exclusivo. Poca gente podía permitirse comprar una tabla. En los años 70, la gente que hacía surf tenía un poder adquisitivo alto o medio-alto, además tenían que tener tiempo para practicarlo, así que para gente normal (como nosotros) en esa época era casi imposible surfear.
Por suerte, estamos viviendo un momento bonito para el surf. Hoy prácticamente cualquier persona que viva cerca de la costa se puede permitir comprar una tabla y un traje, entrar al agua y surfear. El mar está ahí, que es lo básico. Con todo esto, el surf se ha democratizado mucho y ha ido creciendo, la industria también ha crecido y se hace cada vez más grande y popular. Al mismo tiempo, hay menos sitio para los que estábamos antes (ríe). Todos queremos disfrutar de esta experiencia y es normal que suceda esto.
Sobre los Juegos Olímpicos, no sé cómo van a afectar, hasta que sucedan no lo sabremos, pero lo que sí es verdad es que el surf era tradicionalmente tribal y ahora vemos, como se está yendo hacia el mainstream, pero no sé si eso es mejor o peor. Desde luego quiero ver el mundial y los juegos, y ver qué pasa, aunque no sea mi ámbito, me encanta ver a la gente competir y creo que va a ser una cosa bonita.
¿Habría que repensar entonces el surf en la sociedad actual, con los cambios culturales y sociales o debería seguir fiel a sus orígenes?
El surf tiene algo muy especial, conectar de una forma tan íntima con el mar y la naturaleza es algo original que no va a cambiar y va a seguir siempre siendo así, pero el surf igual que la sociedad también cambia, imagínate que hoy hay piscinas de olas en ciudades donde no hay mar y eso le da la oportunidad a mucha gente de poder tener una experiencia con el surf que de otra manera les sería imposible. Estoy a favor de los cambios y de las cosas nuevas que están revolucionando el surf, pero para mí no hay nada como entrar al mar y conectar con la fuerza de la naturaleza.