La competición más 'ridícula' y extrema: Campeonato Mundial de saltos de la muerte
El Dødsing consiste en realizar los peores y más dolorosos saltos desde un alto trampolín, con la condición de que entren fatal al agua.
Está claro que la clave de cualquier deporte extremo está en que no hay límite alguno a la hora de llevarlo en práctica. Por este motivo, a menudo aparecen modalidades y variedades nuevas que dan rienda suelta a la imaginación. En Noruega, por ejemplo han acabado reventando cualquier norma con un nuevo deporte que, sin duda, no dejará a nadie indiferente: los saltos de la muerte.
El salto de la muerte -Dødsing, en noruego- consiste en una modalidad de salto de trampolín donde cada participante tiene que caer en agua de la manera más dolorosa y ridícula posible. Y está claro que hay infinitas maneras de reventarse. Como más 'lamentable' y peor 'planchado' esté el salto, más puntos para el participante. ¡De locos!
El caso es que este fin de semana se ha celebrado en Oslo otra edición de este curioso y divertido deporte donde el estilo y la finura, a diferencia de la originalidad, es lo menos valorado por los jueces. En esta última edición ha sido el debutante Kim Andre Knutsen quien, con un salto de tirabuzón y caída en plancha, ha conseguido cancelar al anterior líder de la edición 2018, Truls Torp, cautivando tanto a jurado como público con un salto de lo más asombroso. Por otra parte, cabe destacar que España ha tenido un representante entre los clasificados: el menorquín Joan 'Fly' Fuster.
Un deporte que deja latente que, en esta vida, se puede ser bueno en cualquier cosa por muy rara que sea. El campeón de esta edición, de hecho, ahora puede fardar de ser el mejor en llevar a cabo las peores y más dolorosas caídas de salto de trampolín. Algo de lo más curioso pero que, sin duda, no deja de buscar los límites del cuerpo humano.