A pesar de ser poco conocido y ‘raro’ que la gente tenga alguna idea de qué va, el Roller Derby fue un deporte de lo más popular en Estados Unidos. Nacido en la década de los 40, este peculiar deporte deriva de las carreras con patines tradicionales realizadas en los años 20 cuando se incluyó en la misma carrera el factor de contacto físico y resistencia corporal. Creado por Leo Seltzer y Damon Runyon, este deporte acabó convirtiéndose en un icono de la cultura popular de Estados Unidos. Después de unos cuantos años de declive, fue en el año 2000 que volvió para quedarse.

El juego en cuestión, formado por dos períodos de 30 minutos, consiste en una batalla entre dos equipos compuestos por 5 integrantes donde la parte atacante tiene que lograr dar una vuelta entera a la pista de patinaje franqueando las duras defensas del equipo contrario. Cada vez que se consigue pasar la barrera, se va sumando un punto al marcador hasta que se acabe el tiempo. El equipo que logra dar más vueltas, gana.

La velocidad, la resistencia, el equilibrio y la fuerza física son los cuatro elementos determinantes que condicionan el estilo de este peculiar deporte que está ganando cada vez más adeptos alrededor del mundo. Mayormente practicado por mujeres, es también un gran ejemplo de empoderamiento para el colectivo de deportes femenino.

Su llegada a España, pero, tardó en hacerse realidad. No fue hasta 2010 que, con la constitución de la liga Tenerife Roller Derby y la posterior integración de la Barcelona Roller Derby, no empezó a popularizarse este deporte por la Península Ibérica. Con cada vez más adeptos y una gran exigencia detrás de cada jugador o jugadora, el colectivo roller derby se va consolidando poco a poco.