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Las gelatinosas 'Salpa Fusiformis' invaden las costas de Málaga y Granada

Este curioso animal marino de aspecto gelatinoso ha llegado de manera masiva a las costas surorientales de la península. A pesar de su aspecto, es totalmente inofensivo.

Actualizado a
Los "zapaticos" han aparecido en masa por las costas orientales de Andalucía
Javier Ortiz

Con la llegada del verano, las costas de la península son el lugar ideal para que algunas criaturas marinas aparezcan durante la temporada cálida. Esto mismo está pasando en la costa suroriental de España que, con la subida anual de las temperaturas en esta época del año ha acabado siendo el lugar de donde han acabado unas curiosas criaturas conocidas por los lugareños como “zapaticos”. El Salpa Fusiformis –nomenclatura científica- es un ser gelatinoso de la familia del plancton del tamaño de un pulgar, alargado, con una especie de “botón amarillo” en medio y completamente transparente que, guiado por las mareas y el alimento, vaga sin descanso por el océano.

Un ser que, a pesar de compartir un gran parecido con las medusas, es totalmente inofensivo y no supone ningún riesgo para los bañistas. Eso sí, las orillas de las playas de la zona quedan repletas de estos peculiares seres ante el asombro de los turistas y locales que se pasean por la zona. Una estampa de lo más curiosa que lleva repitiéndose verano tras verano pero que este año se ha producido, por distintos factores como el viento, el aumento de fitoplancton –su alimento principal- en la zona o las mareas, en mayor cantidad.

Más allá de ser totalmente inofensivos, el beneficio que traen consigo estos animales gelatinosos es de lo más grande. Los “zapaticos” son capaces de absorber el dióxido de carbono de la zona limpiando el aire de la playa, aportando así su pequeño granito de arena contra el cambio climático. Desgraciadamente, al llegar a la orilla, acaban muriendo a causa de la imposibilidad de volver al agua.

Un fenómeno de lo más curioso, sin duda, que afectará en mayor o menor medida a todo aquél surfista, kiteboarder o navegante que se deje caer por la zona. Habrá que ir con cuidado con tal de no afectar a estas pacíficas criaturas marinas que se han asentado masivamente en las costas de Granada. ¡El mar hay que compartirlo!