La Vaca Gigante by Oakley: 'mucha gente' sí, 'poca vaca' no
Hay que poner en valor todo lo que hicieron organización, dirección deportiva, surfistas y entidades que apoyaron y ofrecieron semejante espectáculo.
Hace poco asistí a La Vaca Gigante by Oakley y disfruté como un niño. Mi sorpresa vino al día siguiente cuando con el café y las tostadas cogí el periódico y leí que hubo mucha gente, pocas olas (que además no eran tan grandes), bajas destacables y mucho tiempo de espera. O hablaba de otro evento o lo vivimos de maneras muy distintas.
Lo único en lo que coincido es en que había mucho público. De hecho, la empresa que puso el wi-fi me informó de que a las 16:00h, en el momento de más afluencia -justo cuando la crónica dice que había menos gente- la red detectó 7.000 dispositivos en un radio de 40 metros a la redonda desde la torre de jueces. En las 10 horas en las que estuvo abierto, la media por hora fue de 1.500 dispositivos. Y había bastante gente más allá de este radio... hagan sus cálculos.
¿Poca Vaca?
Respecto a si hubo pocas olas, se me ha ocurrido preguntar a los jueces cuántas olas puntuaron y me han comentado que 67. En un total de 215 minutos (3 horas y 25 minutos) de mangas. Eso significa una media de una ola cada 3 minutos (en LaLiga de fútbol se marca un gol cada 35/40...). Más las que no se cogieron, las entradas al agua, los rescates de los Jet Ski en situaciones peligrosas... no había tiempo para aburrirse en las mangas.
Quizás sí lo hubo en el tiempo de espera. La potencia de las olas desordenó el mar, generó debate sobre la forma de entrar al agua de una forma segura y obligó a empezar más tarde de lo anunciado. Luego, al mediodía hubo que hacer un parón largo con la marea baja, de nuevo por seguridad. Si eso no se entiende... ¡pero es que además vino perfecto para disfrutar de las jornadas gastronómicas que se habían organizado en Cueto con motivo del evento! Quienes se aburrirían más, en todo caso, serían los surfistas, que no podían disfrutar tanto de lo que más les gusta, surfear olas grandes.
Eso me lleva al siguiente punto: las olas no eran tan grandes como se esperaba. He preguntado también por datos de las boyas y la dirección deportiva. Calculan que las olas estuvieron en una horquilla que va de los 4 a los 8 metros. Una boya registró hasta 12 metros en una ocasión. En cualquier caso, a más de uno habría que soltarle en el pico para que valorara en primera persona si de 4 a 8 son olas grandes o no...
Sin menospreciar, gracias
Finalmente, las bajas. Se cayeron muchos de los surfistas invitados en primera instancia y algunos a última hora. Además, no se pudo disputar categoría femenina por las numerosas lesiones y otros compromisos.
De este tema tengo dos cosas a comentar. La primera es que menospreciar a los surfistas que participaron, que lo dieron absolutamente todo tanto el día del evento como el anterior (¡qué sesión el viernes!), con la dificultad que conlleva enfrentarse a La Vaca con esa fuerza y tamaño, me parece una falta de respeto. Más aún con el nivel que tenían. Cabe decir que el ganador fue precisamente Juan Fernández, un jovencísimo surfista gallego que entró como sustituto de una de las bajas.
La segunda es que puedo intuir el motivo por el que más de un/a surfista internacional cayó: no hay premio suficiente. Me explico: un evento de surf de olas grandes se convoca con 48 horas de antelación. Los surfistas internacionales tienen que coger vuelos desde donde estén (Hawái, Australia, Chile...) para ir a un sitio en el que optan a ganar 1.000 euros, que no les paga ni los billetes. Con otro premio acorde a lo que cuesta venir, seguro que habría menos bajas..
No puede ser que un evento de olas grandes que reúne a más de 10.000 personas en Santander, consigue cerrar la mayoría de informativos nacionales, genera millones de impactos en redes sociales y tiene la espectacularidad que tiene, no tenga un prize money más grande. No para los surfistas internacionales, sino porque no va acorde a lo que se juegan los surfistas en el agua. Y estoy seguro de que no será porque la organización no lo haya intentado. Así que desde este humilde artículo, invito a que alguna marca o institución ponga solución a este tema...
Aprender a disfrutar
Con esto acabo: mi única intención con este artículo es poner en valor todo lo que hicieron organización, dirección deportiva, surfistas, seguridad, voluntarios y entidades que apoyaron el evento para ofrecer semejante espectáculo. Porque lo hubo. Y bueno. Un espectáculo que hay que aprender a disfrutar 'más allá de los goles'. Creo que es la manera de mirarse cualquier deporte y, por suerte, la manera con la que la mayoría del público disfrutó del evento.