El momento de Enric Mas

Enric Mas despierta de la siesta, pasa por el osteópata de su equipo, el Movistar y, al final de la tarde, atiende a AS y Ciclismo a Fondo desde Baiona, donde se hospedó el domingo tras hacer, al igual que el resto de los corredores, el traslado desde Granada a Vigo en un vuelo chárter. Con una sonrisa, comienza con una pequeña broma. “¿Hoy? ¡Hemos hecho cuatro horas de entrenamiento!”, exagera el balear, ya que fue un día de rodaje suave reconociendo el tramo final de la etapa de hoy, aunque ya formaba parte de sus “recuerdos” una buena parte del perfil, ya que será una etapa con muchas similitudes a la penúltima de la edición de 2021, en la que Miguel Ángel López se bajó de la bicicleta para no volver a subirse en ella, al menos con una M en el pecho.

El domingo, en la segunda ascensión a Hazallanas, Enric fue un corredor valiente, sin ataduras, y atacó para marcharse en solitario. Lo consiguió. “Fue una paliza, pero lo importante es que las sensaciones fueron buenas. Me encuentro bien y vamos a disfrutar de lo que viene esta semana”, enfatiza Enric, vestido con ropa de calle. Obviamente, uno de los momentos más decisivos fue, en el descenso hacia Granada, su salida de la carretera que no terminó en caída por la aparición de una escapatoria milagrosa. “He visto el vídeo unas cuantas veces… y gracias a Dios no pasó nada. Fue un susto por cosas ajenas a mí”, explica Enric, sentado, sobre el incidente. Posteriormente fue neutralizado, pero el aviso ya estaba mandando, sobre todo para los finales en alto que tanto desea. Es 4º en la general, a 42 segundos de Roglic (que volvió a hablar de sus dolores de espalada) y a 4:35 del líder O’Connor, que el tiempo dirá si es un maillot rojo temporal o definitivo.

“Mis sensaciones son iguales cada día, lo que espero es que sean así durante las 21 etapas. El único que esperaba que viniese conmigo tras mi ataque era Roglic, y no lo hizo. Sirvió de poco. ¿Triunfo moral? El triunfo es una victoria. Tengo que seguir porque la pérdida aún es muy grande. Este año, hasta La Vuelta, no había tenido estas sensaciones y me hacen recordar momentos bonitos del pasado, como la parte final del 2022″, relata Mas sobre la situación actual de la carrera. En el primer bloque del Tour, el Enric actual no se parecía apenas en el Enric de La Vuelta, y todo tiene un motivo.

“Lo que ha cambiado es que tengo un Tour en las piernas, y cuanto peor me lo hacen pasar, más en forma me pongo. Ahora, tenemos que ponernos muy en serio, sobre todo con las etapas que terminan en alto, porque si no, no habrá manera”, concluye Enric antes de ir a cenar. A sus 29 años, quién sabe si está ante una oportunidad única. Manzaneda, Ancares y Cuitu Negru, entre otras importantes cimas por Galicia, Asturias... marcarán el devenir de una Vuelta sin un dominador tan claro como el Giro o el Tour.

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