Ancares, con otra visión
El puerto, novedoso en la vertiente leonesa, final en La Vuelta. “Los 5 kilómetros finales son una pared”, dice Pereiro, que hace la subida con AS.
En su tendencia anual por descubrir nuevos territorios, La Vuelta 2024 (arranca el sábado 17) tendrá, después de las ascensiones a Yunquera (22 de agosto) y Cazorla (24), una tercera subida inédita el próximo día 30. Será un puerto ya conocido, como es el de Ancares, pero la novedad radica en la vertiente por la que ascenderán los corredores, totalmente desconocida en competición. Es por la zona leonesa hasta llegar a la cima, donde limitan las provincias de León y Lugo, en un punto exacto donde se puede observar largo y tendido todo el esplendor del entorno desde el Mirador de Balouta. La etapa, que será la 13ª, tendrá este final inédito con un puerto de 7,5 kilómetros, con una pendiente media de 9,2% y picos del 17%, que llegarán en el tramo final, siendo en todo momento constante, tras un inicio algo más llevadero. Óscar Pereiro, ganador del Tour de Francia en 2006 y embajador de La Vuelta, entre otras labores, reconoce la ascensión para AS en un gran estado de forma a sus 47 años.
“Es una vertiente desconocida y dura como pocas. Había subido por la otra vertiente varias veces… pero este es un puerto que te confunde mucho, porque los dos kilómetros iniciales son prácticamente planos, al 4% y con la sensación de que es menos, pero a 5 km de meta te encuentras el primero muro. No ves el final, porque piensas que va a suavizar y no es así, son 5 kilómetros prácticamente con una pendiente parecida. Una pared”, avisa Pereiro sobre la dureza de esta subida de una vertiente que él solo había hecho, y en categorías inferiores, en sentido inverso: todo bajada. “Es un puerto que se puede asemejar al Marie-Blanque francés. Veremos el viento que hace ese día (la carretera está expuesta), porque si pega de cara ayudará menos a los valientes que intenten alguna ofensiva, pero lo que está claro es que es un puerto con dureza para que los favoritos luchen aquí”, desgrana Óscar sobre la exigencia de la ascensión por la vertiente leonesa, a la que llegarán tras un recorrido sinuoso por tierras gallegas antes de entrar en provincia de León.
“El asfalto es muy bueno, el típico que encanta al ciclista. Hay unas cuantas curvas de herradura, pero esta subida tiene más rectas duras, especialmente la del último kilómetro, que vas viendo todo el rato donde está la cima… y psicológicamente son difíciles. El corredor que se exprima aquí podrá ir 3 o 4 km/h más rápido que el resto únicamente, difícil que sea a más velocidad”, recalca el de Mos, que también ve una posible componente táctica en esta jornada. “El que quiera ganar, o los que estén disputando la general, deberán tener la carrera amarrada todo el rato, con compañeros en fuga y un tiempo controlable con ellos para intentar ganar arriba. Este es un territorio comanche”, explica Óscar, que viajó en coche casi tres horas desde su domicilio (Mos) hasta pie de puerto para después poner rumbo a Madrid en uno de sus viajes habituales por trabajo a la capital.
Sobre el desarrollo que llevarán los protagonistas en la bicicleta, de cara principalmente a esta subida final, Pereiro no tiene duda: “La primera parte del puerto es de plato 100%. Ellos están a otro nivel y subirán así. Obviamente, habrá que meter plato pequeño después, porque en los últimos 5 km no van a utilizar plato gordo. Yo aquí metí todo el desarrollo posible que tenía... ellos subirán a otra velocidad. Ahora todo es distinto”. Óscar se refiere a los avances vividos en el ciclismo en los últimos años. “Hasta el avituallamiento es diferente. También en mis años de profesional viví estos procesos, porque antes teníamos alimentos más rudimentarios como el membrillo, galletas, fruta... y pasamos a usar productos que ya venían preparados, geles... aunque me parece mucho más sacrificado y meritorio lo que hacen hoy que lo de antes, está todo muy medido”, relata el excorredor, que también tuvo sus pinitos, y de manera muy exitosa, en el ciclocross a finales de la década de 1990.
Todas esas reflexiones fueron desde la cima de Ancares, la misma en la que Contador, en 2014, y Purito, en 2012, alzaron los brazos, aunque ahora todo será muy distinto... pese a terminar en el mismo lugar: “La gente porque aquí se animan ellos por su cuenta. Ojalá el tiempo sea bueno y la carretera esté llena. Es más, el que pueda que venga un día antes de la etapa y disfrute con su bicicleta por estos paisajes. Será una jornada espectacular”. Palabra de un campeón.
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