“Tenemos las mismas máquinas que usan en los quirófanos”
El UAE, tas invertir “mucho tiempo y dinero” en la lucha por evitar el coronavirus en el Tour, considera que es “incontrolable”. El abandono de Laengen aumenta la tensión.
Fue en la octava etapa, tardando incluso más de lo esperado, pero la COVID hizo su acto de presencia en el Tour de Francia. Ayer, el día amanecía con el positivo del francés Geoffrey Bouchard, del Ag2r, que fue el primero en retirarse de la carrera por este motivo. No se encontró bien en la jornada del viernes y, tras llegar al hotel, se hizo un test, dando un resultado positivo que poco después se confirmó con una PCR. No fue el único que no arrancó, porque la COVID también entró en el UAE Emirates, el equipo del líder, Tadej Pogacar.
El noruego Vegard Stake Laengen, uno de los gregarios claves para Tadej en el terreno llano, tuvo que dejar la carrera. “Vegard dio negativo el viernes por la mañana durante el protocolo de pruebas internas de rutina del equipo. Luego, reportó síntomas de dolor de garganta por la noche y la prueba de antígenos COVID fue positiva. El diagnóstico se confirmó en la prueba de PCR por la mañana. Según el protocolo, por su seguridad, la del equipo y la del pelotón, fue retirado de la carrera”, dijo el director médico de la escuadra, Adriano Rotunno. Esta mañana, minutos antes del inicio de la novena etapa, el Education First comunicó que Ruben Guerreiro no tomaría la salida por enfermedad, aunque aclararon que “no estaba relacionado con el COVID”. Sin embargo, poco después se conoció que Guillaume Martin también abandona la carrera por haber contraído el virus, siendo este el tercer abandono por COVID en lo que va de Tour.
A diferencia de todas las mañanas, y pese a que Pogacar venía de dos triunfos consecutivos, esta vez no se escuchaba la música a todo volumen en el autobús de la estructura antes del control de firmas, ni se presenciaban bromas como en jornadas pasadas. La preocupación era evidente, con masajistas y mecánicos invitando a alejarse a aficionados y curiosos que se acercaban a la zona del equipo. “La situación es tensa”, reconocían en el UAE. Todo para proteger a Tadej Pogacar, el líder y gran favorito a conseguir su tercera corona consecutiva en el Tour, porque más allá de lo deportivo, la COVID parece ser uno de sus grandes rivales. “Dimos negativo en los últimos días y los síntomas se tienen de tres a cinco días después de la exposición al virus, lo que significa que en los últimos cinco días hubo una exposición”, lamentó el director médico.
Matxin, mánager general del UAE, explicó a AS la situación interna que están viviendo. “Hemos invertido mucho tiempo y dinero para estar seguros, pero esto es incontrolable. Tenemos las mismas máquinas que usan en los quirófanos para evitar cualquier virus, desinfectamos las habitaciones, que son individuales...”, lamentaba. Cada corredor tiene un masajista, y el de Laengen fue mandando a casa, pese a dar negativo.
Cabe recordar que ya no es obligatorio abandonar la carrera tras dar positivo. Bob Jungels arrancó el Tour de esta forma, pero con una carga vírica baja. El médico de la UCI es el que tiene la última palabra. El que intentó aportar tranquilidad fue Marc Soler, también del equipo UAE, que además recibió la visita de sus padres en la salida de Dole, y charló con ellos, con una valla de por medio. “Hay que tener tranquilidad, no queda otra”. Los próximos días serán clave en este apartado.