La resiliencia de Cras y la importancia de Estepona
El belga, cuajando un gran Tour de Francia, fue uno de los grandes perjudicados en la caída de la Itzulia, la misma que afectó a Vingegaard.
A primeros de abril, en la Itzulia, las carreteras vascas vivieron, desgraciadamente, uno de los momentos más tensos y angustiosos de la temporada. En una curva a derechas en ligero descenso, numerosos corredores se fueron al suelo, entre ellos varias de las grandes estrellas del pelotón actual. Roglic, Evenepoel, Vingegaard… siendo el danés uno de los grandes afectados, alterando toda su preparación al Tour, donde tiene prácticamente imposible reeditar su corona (Pogacar no mostró debilidad alguna hasta el momento), pero no fue el único que pasó unas malas semanas. Otros de los grandes perjudicados en aquel accidente fue el belga Steff Cras.
“Tras un examen más detallado, nuestro corredor sufre un neumotórax derecho, varias fracturas costales asociadas y dos fracturas vertebrales dorsales, además de varios hematomas, heridas y dermoabrasiones”, publicó el TotalEnergies, equipo de Cras, tras el accidente. Desalentador. Poco después, en medios belgas, el propio corredor relevó todo lo que vivió: “Cuando choqué con el bloque de hormigón, vi que 20 centímetros más y habría muerto. Estaba asustado, no pude respirar durante 30 segundos, ya que solo me funcionaba uno de mis pulmones”. No era la primera ni la segunda caída del corredor, que sin ir más lejos no pudo acabar el pasado Tour por una fractura de clavícula, pero esta sí fue la más grave. Después de mucho esfuerzo y trabajo de recuperación, volvió a la competición a mitad de junio, con una buena novena posición final en el Tour de Eslovenia.
Estaba listo para el Tour… y ocupa un puesto noble, y más después de todo, en la general: 15º. “Estoy muy feliz. Obviamente, no tengo la forma del pasado año, pero después de mi caída en la Itzulia… fue mala suerte, pero también pudo ser mucho peor. Esto también es parte del ciclismo”, cuenta el belga, de 28 años, a AS. Tras múltiples reveses, Cras siempre se sobrepuso. “Mentalmente soy bastante fuerte. Tengo también una gran mujer conmigo, y eso me motiva en cada preparación”, añadió Steff, que cuando habló con AS, siendo medio español, sonrío y rápido sacó a relucir su lugar de residencia. “¡Vivo en España! En Estepona. Desde hace dos años. Es un lugar perfecto para entrenar y para vivir. Me gusta vuestro país”, destacó Cras, con una gran entereza siempre pese a todo.
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