Así les fue a los españoles en el Tour 2025: Romeo, la buena noticia
El vallisoletano, debutante en la Grande Boucle a sus 21 años, fue la mejor noticia de una participación española que resultó decepcionante.


El Tour de Francia 2025 toca a su fin y es momento de hacer balance, en concreto, en clave española. Las expectativas no eran muy elevadas, pero aun así la realidad no estuvo a la altura de las mismas. Por segundo año consecutivo no hubo triunfo de etapa, pero lo más preocupante fue la general: por segunda ocasión en lo que va de siglo, ningún corredor español conseguía entrar en el top-10. A continuación, el análisis de cada uno de los diez participantes nacionales en esta Grande Boucle.
Cristian Rodríguez (20º, Arkea): al margen de La Vuelta, donde en dos ocasiones estuvo cerca del top-10, este Tour de Cristian ha sido su mejor actuación en una grande. Desde luego, es la ronda de tres semanas en la que se le ha visto más participativo, con una gran presencia en numerosas fugas que le permitieron ganar tiempo para conseguir un digno puesto. Una actuación de lo más respetable.
Raúl García Pierna (26º, Arkea): fantástico Tour del corredor madrileño en la que ha sido su mejor gran vuelta. Un año más experimentado, García Pierna se plantó en el Tour con el ánimo de meterse en escapadas y ayudar en lo posible a Kevin Vauquelin, su jefe de filas. Y ambas tareas las cumplió a la perfección. También firmó una buena contrarreloj en Caen, por lo que poco más se le podía pedir.
Marc Soler (29º, UAE): el catalán firmó un buen Tour como parte del plantel de gregarios del equipo UAE, si bien es cierto que quizás su papel no fue tan determinante o decisivo como el de años anteriores para un Pogacar al que tampoco le hizo falta. Llegó a estar en fugas, pero más como recurso táctico que como ambición de luchar por un triunfo.
Ion Izagirre (69º, Cofidis): no se pueden rescatar muchas lecturas positivas de la actuación del vasco en este Tour. Un quiero y no puedo. No solo estuvo lejos de cumplir ese sueño de volver a ganar una etapa, cosa que logró por última vez en el Tour de 2023, sino que tuvo muy poca presencia en carrera. En general, misma tónica que todo el equipo Cofidis en su conjunto.
Alex Aranburu (81º, Cofidis): lo dicho para Izagirre es aplicable a su compañero Aranburu, que también estuvo lejos de luchar por un triunfo de etapa que de partida era su objetivo. El vasco se filtró en fugas durante la primera mitad de carrera, la más favorable para él con recorridos de media montaña, pero las piernas no le acompañaron.
Iván Romeo (107º, Movistar): sin duda, el vallisoletano ha sido la mejor noticia del ciclismo español en este Tour de Francia. Debutaba en la Grande Boucle, una gran responsabilidad a sus 21 años, y las sospechas quedaron confirmadas: es corredor de presente y de mejor futuro. Fue combativo como el que más, estuvo en varias fugas que lucharon por triunfos de etapa y dejó su sello de calidad en la contrarreloj de Caen, con un 7º lugar que le confirma entre los grandes especialistas del mundo en esta modalidad. Corredorazo con mayúsculas que dará muchas alegrías en años venideros.
Pablo Castrillo (110º, Movistar): el de Jaca llegaba a su primer Tour con la ilusión de aprender, pero también con la ambición de pelear por algún triunfo de etapa. Si bien su actitud en carrera fue intachable, las fuerzas no le acompañaron como él esperaba a la hora de la verdad. Castrillo cedió tiempo intencionadamente en los primeros días para tratar de atacar en los Pirineos, pero no logró sacar rédito de las fugas en las que estuvo.
Iván García Cortina (117º, Movistar): en su papel, el asturiano firmó un Tour respetable. Su labor de gregario puro, al estilo de Imanol Erviti, fue de gran ayuda para su jefe de filas y los ‘cazaetapas’, a los que ayudó en más de una ocasión para filtrarse en escapadas. En lo personal, le faltó libertad para luchar por objetivos individuales.
Carlos Rodríguez (abandono, Ineos): el Tour del granadino fue una montaña rusa de emociones, pero con más bajos que altos. Desde las primeras etapas comenzó su goteo de pérdida de tiempo, algo que se acrecentó al paso de la carrera por los Pirineos. Al verse fuera de su objetivo de luchar por posiciones de privilegio, Carlos cambió el chip para pelear por etapas, pero tampoco hubo manera a pesar de entrar en varias fugas que le devolvieron al top-10 de la general. En la 18ª etapa, como consecuencia de una caída del día anterior, el de Ineos abandonaba el Tour con una fractura de pelvis que hace peligrar el resto de su temporada.
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