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Ciclismo | París-Roubaix

Van der Poel: “El bidón que me lanzaron fue un intento de homicidio”

El holandés muestra máxima deportividad ante su gran rival, un Pogacar cuya caída le allanó el camino hacia su tercera París-Roubaix consecutiva.

Mathieu van der Poel, con el adoquín que le acredita como vencedor de París-Roubaix.
Marco González
Marco González Paredes (Fuenlabrada en 1991), apasionado del deporte y graduado en Periodismo en la Universidad Rey Juan Carlos. Compaginó sus últimos años de carrera como becario en AS, donde inició su formación laboral en las secciones de motor y as.com. A finales de 2018 llegó a Más Deporte, donde actualmente ejerce como redactor de ciclismo.
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Por tercera edición consecutiva, el enorme adoquín que recibe el campeón de París-Roubaix en reconocimiento a su enorme valía no cambió de dueño. Sigue en las mismas manos, que continúan intactas, sin las heridas y magulladuras propias de un Infierno del Norte que Mathieu van der Poel ha convertido en su jardín. El holandés salió victorioso de un duelo vibrante con Tadej Pogacar, hasta la inesperada caída del esloveno, que le valió en el célebre velódromo francés el octavo Monumento de su carrera. Una semana después de Flandes, ‘MVP’ devuelve las tablas al marcador de su cara a cara particular con Pogi.

“Ha sido una carrera muy dura y estaba sufriendo muchísimo. Lástima que Pogacar cometiera un error en una curva. Luego tuve que ir a por todas y aún faltaba bastante para la meta. Fue muy difícil, sobre todo en los dos últimos sectores con viento en contra. Lo pasé muy mal, pero estoy contento de haber llegado a la meta”, explicó Van der Poel en zona mixta tras levantar su bicicleta en la línea de meta del velódromo. Además de mostrar máximo respeto y deportividad hacia su rival, el corredor del Alpecin analizó la caída que definió la carrera: “Llevaba una velocidad altísima y creo que calculó mal la curva. Fui lo suficientemente rápido para salvarlo, y luego no sé qué pasó, porque tenía una gran ventaja, pero tuve que ir a por todas. Es parte de las carreras”.

Para ganar, Van der Poel se repuso a todo, incluido el lanzamiento de un bidón por parte de un aficionado con el que fue absolutamente crítico: “No podemos dejar pasar esto. Era una botella de agua llena y me dolió mucho. Si me cae la botella en la nariz, se me rompe. Ojalá la policía pueda identificar al hombre, porque emprenderán acciones legales. Esto es un intento de homicidio. Si la UCI no toma medidas, lo haremos con el equipo. Esto es diferente a tirar cerveza”.

Por último, el holandés quiso elogiar la actuación de Pogacar: “No hubo revancha tras perder Flandes ante Pogacar. Estoy feliz de haber recuperado mi buen estado físico. Pero todos sabemos lo increíble que es Tadej como campeón, lo que hizo aquí en su primera Roubaix no me sorprende, pero tampoco es normal”. Van der Poel termina su primer gran bloque de la temporada con un saldo espectacular de cuatro victorias (en seis carreras): Le Samyn, E3 Saxo Classic y dos Monumentos como Milán-San Remo y París-Roubaix. Sólo se fue de vacío en Tirreno-Adriático (2º en una etapa) y Tour de Flandes, donde se subió al podio (3º). Ahora, tiempo de descanso, merecido, para encarar el Tour de Francia con las máximas garantías, a falta de confirmación oficial de su segunda parte de calendario.

Pogacar: “Puedo luchar por ganar en los próximos años”

Rebajada la tensión y las pulsaciones, Pogacar hizo una valoración de su primera participación en París-Roubaix, de la que extrajo conclusiones positivas: “Hoy, una gran carrera para nuestro equipo. Dos corredores entre los 5 primeros. Podemos volver el año que viene con un equipo fuerte y motivados para luchar por la victoria en los próximos años. Cuando vas a fondo y tienes motos delante que no giran, también piensas que no hay curva. Pero de repente se quedan parados… Debería haber sabido que venía una curva. No hay excusas”.

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El esloveno, además de asumir su error por la caída, también se deshizo en elogios hacia Van der Poel: “Mathieu es un gran campeón y uno de los mejores ciclistas del mundo. Competir contra él es un gran honor. Si fuera niño, sería mi ídolo. Competir contra él es una gran motivación. ¿Más batallas este año? No hay que ser codicioso. Hay que disfrutar de lo que tenemos. Ambos iremos a otras carreras y encontraremos otros rivales. Eso también nos entusiasma. Simplemente, estaba disfrutando y concentrándome en la carrera de hoy”. El bueno de Pogi apenas tendrá tiempo para reflexionar sobre esta París-Roubaix, puesto que el próximo fin de semana comienza su periplo por las Ardenas con la Amstel Gold Race.

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