Banco de pruebas
Vingegaard, pensando en el Tour, parte como favorito en la 75ª edición del Dauphiné. Mas, Landa y Carlos Rodríguez, aspirantes con la misma misión.
De la bella Italia, con un Giro de vibrante final y taciturna trama, al Delfinado, esa región situada al sudeste de Francia y que tradicionalmente se convierte en un banco de pruebas para varios de los grandes aspirantes al Tour (del 1 al 23 de julio). En la 75ª edición del Critérium du Dauphiné, antes Dauphiné Libéré, seguirá siendo así. No estarán todos, pero sí el vigente ganador de la Grande Boucle, un Jonas Vingegaard (Jumbo) que, hace 315 días, se paseaba triunfal por los Campos Elíseos. En cuatro semanas, todo aquello quedará muy atrás. El danés tomará la salida en Bilbao despojado del maillot amarillo, tan anhelado por él como por un Tadej Pogacar herido, física y anímicamente. El esloveno, tras ser operado de la muñeca, ya rueda por Sierra Nevada. Con una prótesis de plástico como protección y un calendario de mínimos: llegará al Tour con sólo dos días de competición este mes, los Nacionales de su país. Vingegaard, por su parte, lo hará tras un Dauphiné de recorrido exigente y cartel atractivo. Su laboratorio particular.
El danés no ha tenido que modificar ni un milímetro su preparación. O Gran Camiño (victoria) en febrero, París-Niza (aviso de Pogacar) en marzo, Itzulia (victoria) en abril y ahora, Alpes franceses en junio. 18 días de competición que serán 26 una vez completadas las ocho etapas del Dauphiné (1.207,2 km en total). La primera, este domingo (desde las 13:10, TDP y Eurosport), de 158 kilómetros con salida y llegada en Chambon-sur-Lac, con un interesante circuito final con hasta tres subidas a la Cote du Rocher de l’Aigle (1km al 7,3%), es una buena muestra de lo que aguardará hasta el próximo día 11, con llegada a Grenoble y subidas al Col du Granier (categoría especial), Col de Cucheron (2ª categoría) y Col de Porte (1ª) en los últimos 50 kilómetros.
Una reválida para decidir la carrera si no se ha hecho antes, con múltiples puntos para dinamitar el pelotón. En la cuarta etapa, el miércoles, una contrarreloj individual de 31,1 km irá colocando a los candidatos en su sitio; en la séptima, el sábado, se celebrará la etapa reina. La Croix de Fer, uno de los cuatro finales en alto de la semana, y el más alto de la historia de la carrera (2.067 metros de altitud), culminará una jornada en la que también se subirán La Madeleine (25,1 km al 6,2%) y Mollard (18,5 km al 5,8%). En total, más de 4.000 metros de desnivel en sólo 147,9 km. Vingegaard lo contempla todo en su plan: “Puede que me lo tome con calma en las primeras etapas. Luego, intentaré sacar todo el partido a la contrarreloj, antes de dirigirnos a las montañas. Tengo un equipo fuerte y sé que todos están en buena forma. Ha pasado un tiempo desde la última vez que corrí, así que estoy deseando que llegue”, analizaba esta semana, en declaraciones para su equipo.
La oposición española
En frente, Jonas tendrá una fuerte oposición española. Puede que, tras él, las mayores opciones de victoria. Enric Mas liderará al Movistar acompañado del despampanante Matteo Jorgenson. El balear, tras su impresionante final de 2022 y buen, aunque no tan brillante, 2023, persigue el pico de forma que le permitió batir a Pogacar en Emilia. El Dauphiné también será un banco de pruebas de cara al Tour para él, para Mikel Landa (Bahrain) y para un Carlos Rodríguez (Ineos) con mucho en juego. El vasco y el andaluz llegan por caminos opuestos. Landa ha optado por uno de los calendarios más cargados del pelotón hasta el momento; Carlos Rodríguez, por su parte, reaparece tras fracturarse la clavícula en la Strade Bianche. Su actuación esta semana puede determinar si lidera o no al Ineos en la Grande Boucle, pues también estará presente su compañero de equipo Egan Bernal, con top-10 en Romandía y Hungría. Adam Yates (UAE), David Gaudu (Groupama), Jai Hindley (Bora), Richard Carapaz (EF) o Giulio Ciccone (Trek) son otros de los aspirantes. “El año pasado ganamos con Roglic (ausente). Este año, quiero ganar el Dauphiné”, dice Vingegaard.