Jorgenson despunta: “¿En serio un pelirrojo ha ganado en Omán?”
El estadounidense del Movistar sale reforzado de su conquista en Omán, es uno de los estandartes del equipo y “sueña” con la París-Niza. Vive en Francia.
En 2018, Matteo Jorgenson corría en su país, en Estados Unidos, en las filas del Jelly Belly. En un país en el que en la era reciente el ciclismo no es uno de los deportes estrella, el espigado corredor buscaba progresar, crecer en su carrera, y eso pasaba por estar en Europa. Tal fue la insistencia, y obviamente su buen hacer, que llegó la oportunidad. Fue en Francia, en el equipo de desarrollo del Ag2r. Se mostró en varias carreras, como el Tour del Porvernir, y el Movistar se fijó en él. En 2020, una de las temporadas más revolucionarias del equipo en los últimos tiempos por la cantidad de llegadas y bajas importantes que se produjeron, Jorgenson se enroló en las filas del equipo español. Su crecimiento fue sostenido, llegando a participar en el Giro de 2021, pero en 2022 dejó muestras del corredor que es y, sobre todo, que puede llegar a ser.
En dicho año, también iba a repetir presencia en el Giro, pero unos problemas físicos al acabar la París-Niza se lo impidieron. De esta forma, y tras el cambio de planes, hizo su debut en el Tour de Francia y fue el Movistar que más brilló: con un gran rendimiento en fugas, llegó a ser cuarto en dos etapas, acabando la general en el puesto 20 y curtiéndose. En 2023 dio otro paso más, tras una gran pretemporada, estrenaba su campaña en el Tour de Omán. “Llega con buenas sensaciones y la idea es que sea nuestro hombre para la general”, contó Carlos Verona, que acudía como la otra baza en caso de que Matteo no obtuviera las mejores sensaciones. Finalmente, las obtuvo, y de qué manera. En la tercera jornada, con final en Jabal Hatt, logró su primera victoria, esa que le quitó “un peso enorme”: “Después de pelear tanto por un triunfo y que no llegase... te hacía dudar. Esto es muy importante para mí”, dijo tras aquella conquista. Le faltaba rematar la general, y por un segundo, pero lo consiguió.
“¿En serio un pelirrojo ha ganado en Omán?”, bromeó nada más cruzar la meta, apoyado en el coche de su equipo, junto a dos auxiliares que le intentan rebajar la temperatura del cuerpo por el fuerte calor y tras el gran esfuerzo en la cima de la Green Mountain. Lo dijo en perfecto español, y es que es un idioma que habla de gran manera. Sus inicios en Europa no fueron fáciles, y tras este triunfo se acuerda de aquellos momentos: “Fue un proceso largo que cambió mi vida. Soy una persona totalmente diferente. Hablo francés, español, inglés...”, destacó el corredor, de 1,90 metros, a AS. “Fue genial, la guinda hubiese sido ganar también la última etapa, pero esto es perfecto”, apuntaron desde el Movistar.
“Aso, Aso, Aso, somos un equipaso”, celebró Imanol Erviti, al que Jorgenson agradeció su esfuerzo y su trabajo. Sosa, Norsgaard, Verona, Kanter, Abner... todos fueron a abrazar a la estrella que se llevó un gran botín de Omán: etapa, general, clasificación de los puntos y mejor joven. Para seguir perfeccionando su español, lee libros y películas en dicho idioma. Vive en Niza y es un amante del esquí de travesía: “Wow, es algo que me encanta”. Fue el primer estadounidense que gana la general en Omán. “Le pondré un mensaje a Van Garderen”, añadió, con sorna, sobre su compatriota, que fue dos veces segundo en esta cita (2014 y 2015). “Te pones a ver los ganadores previos de la carrera y es algo muy loco (Froome, Nibali, Cancellera...). Estoy muy feliz”.
Su calendario está por definir con exactitud, pero a buen seguro será importante en alguna de las grandes vueltas. “¿Ser un corredor para generales tres semanas? Veremos. Tenemos que ir poco a poco, porque es febrero y estoy en muy buena forma. Sí estaré en la París-Niza, es una carrera con la que sueño y veía siempre desde pequeño”, concluyó. Viviendo en Niza, es una gran motivación. Un corredor de presente y de futuro... aunque acaba contrato este año con el Movistar. Su continuidad, al menos por rendimiento, no parece un problema. El tiempo dirá.