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CICLISMO | VUELTA A SUIZA

Evenepoel gana por Gino

El belga se exhibe con dedicatoria para el suizo. Hasta los últimos 25 km, que no cuentan para la general, se rodó en grupo. Mañana, contrarreloj final.

Actualizado a
Evenepoel gana por Gino
GIAN EHRENZELLEREFE

El día después de la tragedia, Evenepoel levantó los brazos, miró al cielo, lanzó varios besos, se llevó la mano al corazón y le dedicó la victoria a Gino Mader. El pelotón rodó conjuntamente hasta los últimos 25 kilómetros. Desde ese punto, por decisión de la organización de acuerdo con los equipos, los tiempos no computaban para la general. El campeón del mundo no necesitó más para rendir homenaje al corredor suizo de 26 años, fallecido tras su caída en la quinta etapa de la Vuelta a Suiza. La sexta, horas después del drama, no se disputó como tal. El pelotón, con el Bahrain al frente, sólo rodó durante los últimos 20 kilómetros de forma neutralizada, entre lágrimas y dolor. Sin clasificaciones ni tiempos. “Corremos por ti, Gino”, se podía leer en la línea de meta. En la séptima, tras muchas dudas organizativas, Remco ganó por él. La familia del suizo quería que no se parara la carrera, que el ciclismo, aquello que apasionaba a Gino, siguiera pedaleando hacia adelante. Remco, que ayer se fundió en un sentido abrazo con la madre del helvético, se marchó y no miró atrás. Sólo hacia arriba.

Una paloma blanca voló hacia el cielo para dar la salida, con 37 corredores menos en el pelotón y medidas extraordinarias. Pese a todos los esfuerzos, no se puede aparentar normalidad cuando no la hay. El equipo de Gino, el Bahrain, no estaba. Tampoco el Intermarché ni el Tudor, equipo local. Otros 17 ciclistas, de distintas escuadras, decidieron no seguir en la carrera. La mayoría, como Stefan Küng, Michael Schar, Marc Hirschi o Mauro Schmid, eran suizos. Arnaud Démare, uno de los favoritos del día, Daryl Impey, Rohan Dennis o Quinn Simmons no se pusieron el maillot. Muchos otros, seguramente, tampoco querían estar allí. Otra forma de vivir el duelo, de rendir tributo a Mader, tan válida como la de correr. “Cada uno toma las decisiones siguiendo sus sentimientos, sus emociones. Hoy no hay decisiones erróneas”, expresaba Wout van Aert, que no pudo seguir la locomotora de Evenepoel, antes de la salida. “No hay un día correcto para retomar la normalidad”, añadía, pese a que este sábado el dorsal pesaba más que otras veces.

En silencio, como en la procesión del día anterior, se lo pusieron 113 corredores, todos con un brazalete negro. Por delante, les esperaban 183,5 largos kilómetros entre Tübach y Weinfelden. Con asterisco. Para la general, no se tuvieron en cuenta esos últimos 25 kilómetros. En términos de clasificación final, la etapa terminaba en el último de los cuatro puertos del día, Ottenberg. Tampoco se contabilizó el esprint intermedio de Braunau ni se otorgaron bonificaciones. El ciclismo llevaba sumido en un profundo debate sobre la conveniencia o no de ubicar descensos en la parte final de las etapas. Tras el fatídico desenlace de Gino, hoy no se querían asumir riesgos. “Hoy (por ayer) fue el peor día de mi vida, pero mañana (por hoy) es un nuevo día y eso es lo que tenemos que cuidar como organización. Después de consultar con todas las personas involucradas, trataremos de realizar las dos últimas etapas de la carrera en un entorno apropiado”, explicaba el director de la Vuelta a Suiza, Olivier Senn, al filo de la medianoche del viernes.

La contrarreloj lo decide todo

Una vez superada la marca de los últimos 25 kilómetros, señalizada y con sensores para controlar los tiempos, Evenepoel, que en las últimas horas se había preguntado repetidamente que podrían haber hecho para evitar la tragedia, decidió honrar a Gino fiel a su forma de ser. Compitiendo, dejándose el corazón y regalándole una parte del mismo al suizo. “Las flores que reciba, los trofeos que consiga, se los daré a su familia. Es lo menos que podíamos hacer. Ha sido una victoria para él”, decía al borde del llanto. En ese tramo final, el Jumbo aceleró el paso pensando en Van Aert, que no pudo aprovecharlo. Posteriormente, ya con Evenepoel desatado, se sumaron hasta tres Ineos, con Thomas Pidcock a los mandos, dos EF... hasta 12 corredores. Entre todos, no pudieron recortarle ni un segundo (se acercó a los 50″) al campeón del mundo, en su contrarreloj particular antes de la de este domingo, que lo decidirá todo. Con casi 26 kilómetros por delante, Skjelmose saldrá como líder de la general, con Gall a 8 segundos, Ayuso a 18 y Remco, a 46. Partirán desde St. Gallen, donde, hace 26 años, nació Gino Mader.

Clasificación de la 7º etapa

1º Remco Evenepoel (BÉL/Soudal)

2º Wout van Aert (BÉL/Jumbo)

3º Bryan Coquard (FRA/Cofidis)

5º Alex Aranburu (ESP/Movistar)

General

1º Mattias Skjelmose (DIN/Trek) – 16h 43:41

2º Felix Gall (AUT/Ag2r) – a 8″

3º Juan Ayuso (ESP/UAE) – 18″

4º Remco Evenepoel (BÉL/Soudal) – 46″