NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

CICLISMO EN PISTA | MUNDIALES

Alejandro Martínez, bronce histórico para España

Alejandro Martínez termina tercero en el kilómetro contrarreloj de los Mundiales. Es el primer corredor nacional en bajar del minuto y el primer metal en la prueba desde Moreno Periñán.

Actualizado a
Alejandro Martínez, bronce histórico para España

El dejà vú parecía inevitable, pero se apartó corriendo como ningún español había hecho hasta el momento, con un bronce histórico para el ciclismo nacional en la prueba del kilómetro contrarreloj en pista. En los Europeos de Alemania, Alejandro Martínez (24 años) vivió un episodio cruel. En los Mundiales de Francia, ha huido de él. En Múnich, firmó un gran tiempo (1:00.752) y acarició las medallas. En Saint-Quentin-en-Yvelines, la ha conseguido. Entonces, fue el segundo corredor en salir a la final y, junto a su equipo, se agarró hasta el último momento a los metales. Sufriendo, respirando, sufriendo, respirando... hasta terminar la secuencia de forma amarga. Uno tras otro, los tiempos de los rivales se quedaban por detrás del suyo. Hasta los últimos tres participantes, que no fallaban. Uno tras otro, también, relegaban al alicantino al cuarto puesto, muy meritorio, pero de menor valor tras lo visto. Y lo soñado. Cuando se acaricia la gloria, perderla duele más.

Como flash, en Francia, Martínez escapó de las zarpas del pasado sin mirar atrás. Pedaleando como nunca. Rompiendo el récord de España y siendo el primer ciclista nacional en bajar del minuto. Nadie lo había hecho antes. Él, hoy, lo hacía dos veces. Y lograba la primera medalla nacional de la prueba en 31 años, desde que José Manuel Moreno Periñán la consiguiera en categoría amateur en 1991 (sería campeón olímpico un año después, en Barcelona). “Por fin”, exclamaba Álex, recuperando el aire, tras una ronda clasificatoria rapidísima (59.938), que le permitía disputar la final con el octavo mejor tiempo. “A la tarde más”, lanzaba, antes de luchar por unas utópicas medallas en el velódromo francés, que también acogerá los Juegos Olímpicos de 2024. El dejà vú que, ahora, se buscará, aunque en otras pruebas, pues el kilómetro no será olímpico. Sus palabras no eran un tiro al aire, un aviso inocente ni un mensaje de ilusión vacío. Eran la realidad (59.871).

Esta vez, Martínez fue el primero en saltar a la pista. De nuevo, con un gran tiempo y poniendo el listón muy alto. Nadie lo podía saltar, pero llegaba el turno para los tres últimos. Esos tres últimos. El francés Melvin Landerneau (59.568) lo superaba, como luego haría el neerlandés Jeffrey Hoogland (58.106), pero el italiano Matteo Bianchi (1:00.012) se quedaba, provocando un estallido de alegría inmenso en el equipo español. Tras él, un año tan exitoso como difícil. “Estar entre los seis primeros ya sería un éxito”, valoraba su técnico, Jaume Barber, antes de la final. Juntos, esta temporada, han tenido que entrenar en un velódromo (San Vicente y Novelda) distinto al habitual (Luis Puig), que estaba siendo pintado, y afrontar varias lesiones. Juntos, superaron un periodo oscuro tras el Campeonato de España de Tafalla de 2020, cuando Martínez “tocó un poco fondo”, acudiendo a ayuda psicológica. Con una videollamada con las pulsaciones algo más bajas, también lo recordaba con sus familiares.

El bronce representa una historia de superación, de drama bien hilado, y de dedicación plena, con un guion de amor. El alicantino aprendió a andar y a ir en bici a la vez, casi sin exagerar. Compite desde los cuatros años, por afición de su padre y de su tío, y en cadetes probó la pista, descubriendo una modalidad que se adaptaba a la perfección a sus cualidades. Esta temporada, ya se había proclamado campeón de España en velocidad, kilómetro y velocidad por equipos; a nivel internacional, logró otro bronce extraordinario en la Copa del Mundo de Glasgow (kilómetro), una plata en Hong Kong (velocidad por equipos) o ese cuarto puesto en los Europeos. En el velódromo galo, suma el mayor éxito de una carrera de dominio absoluto a nivel nacional en las pruebas de velocidad y que apunta a los Juegos. Con velocidad.

Mora, a por todo; Ganna, récord del mundo

España sube marchas en Francia. Mañana, nueva oportunidad para volver al podio. Especialmente, a través de un Sebastián Mora que ya dejó grandes sensaciones en el scratch (6º) y que competirá en el ómnium, prueba en la que logró su séptima medalla continental en Múnich. En Francia, busca ese mismo número de preseas a nivel de Mundiales. “Ojalá llegue, porque yo creo que hace falta. No sólo para mí, también para el ciclismo en pista a nivel español. Hace falta que estemos de nuevo en el medallero y en lo más alto”, explicaba a AS antes de la cita. La primera ya ha caído en unos Mundiales que también tendrán a Filippo Ganna entre los grandes nombres. El italiano, menos de una semana después de batir el récord de la hora, se ha proclamado campeón del mundo de persecución individual rompiendo el récord del mundo (3:59.636).