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GIRO DE ITALIA

Empieza un nuevo Giro: Remco fuera, Ineos al mando, mascarillas, sin Cima Coppi...

Thomas partirá en la décima etapa del Giro con la maglia rosa. Vuelven las mascarillas obligatorias y el Gran San Bernardo ya no será Cima Coppi.

Viano
Primoz Roglic, junto a varios de sus compañeros, en una de las salidas del Giro de Italia.
LUCA ZENNAROEFE

No será la segunda mitad del Giro de Italia que habíamos soñado, pero sí la que tendremos. En la mañana de este lunes, Remco Evenepoel, maletas en mano, se despedía de sus compañeros de equipo y cuerpo técnico del Quick-Step para reemprender en coche la vuelta a casa. El belga consumó un adiós que supone, en toda la historia del ciclismo, el duodécimo abandono del líder de una gran vuelta. Entre un repertorio de casos de dopaje y caídas, esta es la primera retirada por COVID de esos doce casos, siendo Remco (que no tenía síntomas) la tercera maglia rosa que deja el Giro tras Eddy Merckx (1969) y Marco Pantani (1999). El impacto de la noticia no llega solo, lo que deja un escenario de Corsa Rosa particular a partir de ahora: manda el Ineos, las mascarillas volverán a ser obligatorias en los espacios compartidos con los ciclistas y el Gran San Bernardo ya no será la Cima Coppi por culpa de la nieve. Vamos por partes…

Empecemos por lo deportivo. Si nos dicen que en 2023 que veríamos a Geraint Thomas, a sus 36 años y con un buen historial de abandonos en el Giro, como líder de la ronda italiana nos estaríamos pellizcando desde hace tiempo. El galés vestirá este martes la preciada maglia rosa por primera vez en su carrera deportiva, después de confirmar, tanto él mismo como la organización de la carrera, que había optado por lucirla desde la salida (cuando el líder abandona, el protocolo permite que el rosa no lo vista el 2º de la general si él así lo desea). “No es la mejor forma de ser líder”, admitió ‘G’ ante los medios en un Giro que se le ha abierto de par en par junto a su compañero Tao Geoghegan: “Él y yo tenemos una buena situación. Claro, me encantaría ayudarle si es mejor que yo y es bueno para el equipo. Estoy seguro de que él haría lo mismo”.

Primoz Roglic aparece en la mitad del sándwich británico. Sin Evenepoel, al esloveno le puede bastar con dosificar los esfuerzos para asegurarse unas mejores piernas en la crono final, evitando así una decepción como la de La Planche des Belles Filles en el Tour de 2020. Su típico rush final en las llegadas pueden abrir suficiente colchón como para contrarrestar el mítico trenecito del Ineos que, a buen seguro, pondrán en marcha recordando viejos tiempos. El tapado, del que apenas se habla, es un Joao Almeida que se siente en su “mejor forma, igual que otros años”, y al que, según afirma, no le cambia el planteamiento de carrera tras la baja de Evenepoel. “La mejor etapa para mí será en la que gane tiempo sobre mis rivales”, afirma sin mojarse.

Sin Cima Coppi, pero con mascarillas

En lo extradeportivo, la situación también es de incertidumbre. Ante el abandono de Evenepoel, rápida respuesta de RCS, empresa organizadora de la carrera: mascarillas obligatorias para todos los trabajadores y medios desplazados a la carrera en las zonas comunes con los corredores (zonas mixtas, salas de prensa, autobuses, etc). “Me parece bien, pero llega tarde”, expuso Thomas. Por último, y no por ello menos importante, la modificación de la 13ª etapa, en la que no se podrá completar la ascensión al Gran San Bernardo, prevista como Cima Coppi de la edición. Tal como corroboraron a AS miembros de la organización del Giro, las intensas nevadas que han caído en la zona suiza desde hace meses han impedido que los operarios limpiasen a tiempo las carreteras por la vertiente suiza de Valais, por lo que los corredores sólo llegarán hasta un túnel situado a 5 km de la cima. Ahí no acaba la cosa, ya que la cronoescalada también podría sufrir modificaciones. En el Monte Lussari se necesita proveer a cada corredor de una motocicleta de asistencia, pero algunos tramos angostos de la ascensión lo dificultan sobremanera. Crucemos los dedos.