Giro de Italia
El Giro de Italia 2025 se presenta con Finestre, Mortirolo y una ‘mini Strade Bianche’
La 108ª edición de la Corsa Rosa, que partirá por primera vez desde Albania, tendrá a Finestre y Mortirolo como colosos y una ‘mini Strade Bianche’.

El Auditorium Parco della Musica de Roma se vistió con sus mejores galas para dar la bienvenida al Giro de Italia 2025. Después de un aplazamiento de dos meses y de algunas dudas logísticas, la 108ª edición de la Corsa Rosa alzó el telón con la presentación de un recorrido de suculento menú: puertos míticos, dos contrarrelojes, sterrato y tres países. Y es que la Grande Partenza, por primera vez en la historia de la carrera, tendrá lugar en Albania, país que acogerá las tres primeras etapas.
Será una puesta en escena innovadora para la historia reciente del Giro, que en esta ocasión propone un inicio en el que los hombres de la general podrán mostrarse con dos etapas de media montaña que rebajarán tensiones al evitar los esprints masivos. La caravana rosa aterrizará en Italia para la cuarta etapa, con un día de traslado mediante, en busca de cerrar un primer bloque de carrera que promete emociones fuertes. Después de vivir el primer final en alto en el inédito Tagliacozzo, los hombres de la general serán puestos nuevamente a prueba antes del primer día de descanso, una jornada que contará con cinco tramos de sterrato (29,5 km totales). El final en la Piazza del Campo de Siena, precedido del temible muro de Santa Caterina, será idéntico al de la clásica Strade Bianche.

Más de uno ya habrá dicho adiós a sus opciones de éxito para entonces, y aún más quedarán descartados de la pelea en la reanudación de la carrera. Día clave, con una contrarreloj llana de 28,6 km que puede generar grandes diferencias. La segunda semana estará destinada a los esprints y fugas, incluida una incursión en Eslovenia (final de la 14ª etapa) una transición que solo significa una cosa: un último bloque de etapas de máxima exigencia. Dicho de otro modo, alta montaña.
La llegada a Bormio se confirmó para la 17ª etapa, previo paso por un Mortirolo que deja dudas de su incidencia en carrera: cima a casi 50 km de meta y ascensión por la cara más ‘amable’ (12,6 km al 7,6%). La traca final que decidirá al ganador comenzará por el tappone del Valle de Aosta, con un encadenado de Col Tzecore, Saint-Pantaléon, Col de Joux y Antagnod que causará estragos. Descartado finalmente un Stelvio que fue un quiero y no puedo en las pasadas ediciones, la última batalla tendrá como gran protagonista a la Colle delle Finestre (8 km de tierra y una media del 9,2%), que hará su quinta aparición en carrera como ‘Cima Coppi’, a 2.178 metros de altitud.
Finestre, que regresa al Giro tras la hazaña de Chris Froome en 2018, se combinará una vez más con Sestriere, meta de esa temible 20ª etapa que decidirá al campeón antes del amistoso paseo por las calles de Roma, que repite como final de la carrera por tercer año consecutivo. Un Giro para el que están confirmados corredores de la talla de Primoz Roglic, Juan Ayuso, Adam Yates, Richard Carapaz, Mikel Landa, David Gaudu, Nairo Quintana y Pello Bilbao, a los que podrían unirse Jonas Vingegaard, Wout van Aert y Egan Bernal. El tablero ya está dispuesto.
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