NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

VUELTA A ESPAÑA FEMENINA

El caso Drummond y la RFEC: “Somos garantistas”

La corredora Michaela Drummond dejó el Zaaf, con impagos, se fue al Farto y aspiraba a correr La Vuelta. Finalmente, no pudo por la Ley del Derecho Laboral.

TorreviejaActualizado a
El caso Drummond y la RFEC: “Somos garantistas”

Michaela Drummond era una de las quince corredoras que arrancaron el 2023 ilusionadas con el ambicioso proyecto del Zaaf, equipo continental español que tenía entre sus filas grandes corredoras como la francesa Audrey Cordon-Ragot. Sin embargo, y prácticamente casi desde el principio, nada salió como esperaban. Para empezar, el aval lo presentó el equipo, sí, pero fuera de las fechas establecidas a finales de 2022. Era un preludio de lo que podía venir después, porque las corredoras veían como los salarios acordados no llegaban. Los impagos eran una realidad y a inicios de abril, la propia Cordon-Ragot se marchó. La UCI hizo una excepción y cada corredora podría irse libremente a otro equipo sin esperar al 1 de junio, como recoge uno de sus artículos. Numerosas fueron las compañeras que la siguieron hasta que a día de hoy son menos de ocho corredoras, no cumplen el mínimo para ser considero un equipo y hasta la UCI eliminó al Zaaf de su listado en su página web.

Era uno de los diez equipos españoles que iba a estar en La Vuelta a España Femenina, pero finalmente declinaron la invitación la pasada semana, sin más motivo. Simplemente, comunicaron a la organización su renuncia. Las corredoras, tras las promesas incumplidas, buscaban nuevos destinos... y el pasado 28 de abril, el Farto gallego, uno de los equipos presentes en La Vuelta, anunciaba la llegada de Michaela Drummond, del Zaaf. “Se incorpora con efecto inmediato”, anunciaron, con la intención de que formara parte del siete de La Vuelta. No pudo ser finalmente. El Farto, como el Zaaf, son equipos con licencia continental española, y todo lo relacionado con ellos pasa por la Federación Española de Ciclismo (RFEC). La UCI es la que manda, por encima de otra entidad, y lo que ellos decidan, deberá ser aplicado por el resto de Federaciones nacionales. De hecho, ellos mismos cambiaron su norma con las marchas anteriores al 1 de junio. Entonces, ¿qué pasa con la neozelandesa Michaela Drummond?

“Mi salud está luchando, y los últimos meses me han afectado gravemente. Ahora con la Federación Española de Ciclismo negándose a inscribirme en mi nuevo equipo. Estoy en total consternación. Me encantaría poder volver a competir lo antes posible como mis compañeras de equipo anteriores que se han transferido con éxito a los nuevos equipos Continental y WWT. No entiendo por qué la Federación Española de Ciclismo no sigue el ejemplo de la UCI. No hay Vuelta para mí”, puso Drummond en redes sociales. AS contactó con la RFEC, que “entiende” el mensaje de la corredora pero “no lo comparte”. “En España tenemos la Ley del Derecho Laboral. No es fácil irse de cualquier trabajo. Si nosotros aceptamos esa transferencia ahora mismo, el Zaaf podría demandar a la RFEC, porque actualmente la corredora tiene contrato con ellos”, explican.

La situación fue la siguiente. El pasado viernes, el Farto mandó a la RFEC un mail con la petición de que Drummond corriese La Vuelta con ellas. El sábado era la verificación final de licencias, y hasta la madrugada del viernes, desde el departamento jurídico de la RFEC se estuvo estudiando el caso. Vieron que no era posible, ya que no dependía de ellos. “Nosotros, en la RFEC, somos garantistas. Tenemos que asegurarnos, y procurar, que todo vaya de la mejor manera. Al tener un contrato vigente, no podemos aceptar algo así. Vamos a tratar de que todo llegue a buen puerto y el miércoles (primer día laborable en Madrid esta semana) hablaremos con el Zaaf. De ellos depende que la corredora pueda irse al Farto”, explican a AS.

Es decir, a un equipo extranjero podría marcharse, como ocurrió en otros casos, pero cada Federación tiene sus regímenes internos. “Son cosas legales, pero confiamos en la buena fe del Zaaf para que esto se resuelva”, añadieron. Caso diferente es el de Mareille Meijering, ex del Zaaf, y que también fue a otro equipo español: el Movistar. En este caso, al ser de categoría World Tour, es la UCI la que acepta directamente las licencias desde Suiza. En este caso, la RFEC no toma parte. Mientras, el ciclismo femenino sigue luchando por mejorar sus condiciones. Como curiosidad, cabe destacar que la RFEC ha recibido las denuncias por impagos de todos las corredoras del Zaaf que han salido, o pedido salir... salvo de Cordon-Ragot, que curiosamente fue la primera en marcharse. Su denuncia fue directamente a la UCI. El caso Zaaf sigue dando coletazos y las corredoras aún no pueden cobrar del aval que depositó el equipo en su momento, que servía para cubrir tres mensualidades. Es un ejemplo similar al Manuela Fundación, equipo que ya ni existe y cuyo aval está aún por repartir entre los implicados.