Desde Italia, todas las miradas viran a Francia. Después de la victoria de Jai Hindley en el Giro, el Tour de Francia ya asoma la cabeza. Hasta entonces, todos los esfuerzos comparten objetivo: llegar en el mejor estado de forma posible a la gran vuelta francesa. Algunos equipos optan por Suiza; otros, como Tadej Pogacar, por las vueltas nacionales; buena parte de los nombres importantes del pelotón, por el Critèrium del Dauphiné. En tierras francesas, en la región Auvernia-Ródano-Alpes, adelantando trabajo, ya está el Jumbo, con un elenco imponente y con la misión en el horizonte de, con su potencial colectivo, neutralizar al omnipotente Pogi. "El primer objetivo es volver a competir", decía Primoz Roglic antes de empezar la etapa entre La Voulte-sur-Rhône y Beauchastel. "Ha sido difícil remontar, pero lo he conseguido", su compañero Wout Van Aert, que no rodaba oficialmente desde la Lieja-Bastoña-Lieja, el pasado 24 de abril, y que se exhibió en el esprint final ante Ethan Hayter (Ineos) para convertirse en el primer líder de la carrera, que cumple 74 ediciones.

Primer golpe del Jumbo. Y se esperan muchos esta semana. Para la inauguración, alardes tanto de fuerza individual como grupal. Antes de la llegada del belga a meta, Christophe Laporte salía a cerrar, sin demasiado esfuerzo, a Rémi Cavagna (Quick-Step) en el intento de evitar una llegada masiva al esprint... sin gran parte de los especialistas. Groenewegen (BikeExchange), Bauhaus (Bahrain) y compañía se descolgaban definitivamente a algo más de 20 km de meta después de una jornada rompepiernas (191 km con un puerto de segunda categoría y tres de tercera) que, controlada por el BikeExchange (pensando en el propio Dylan), el Jumbo y acelerada por el Trek en el tramo final, fue demasiado para sus características. A 15 km de meta, con medio minuto a recortar, parecía que conectarían; a 7 km, con la diferencia en aumento, levantaban la bandera blanca. "Se esperaba un final duro y había que dejar atrás a los velocistas. Yo lo he podido aguantar y en las subidas he estado bien, era un final que se me adaptaba", analizaba el propio Van Aert. 

El belga, exuberante, aportó la genialidad individual que dio sentido al trabajo colectivo: esprint final al alcance de muy pocos, remontando ante Hayter y, finalmente, sacándole casi una rueda. Remontada "difícil", según sus palabras; "muy sencilla", a la vista del resto. El final para el estreno de una Dauphiné que, a diferencia de la temporada pasada, no dio opciones a la fuga, formada por Pierre Rolland (KTM), con pleno en los puntos de la montaña, Laurens Huys (Intermarché) y Maxime Bouet (Arkea) a 178 km de meta y neutralizada a 32 km, con un breve intento en solitario de Mikkel Frolich Honoré (Quick-Step). Esfuerzos que se quedaron en nada ante los amarillos, que quieren volver a infundir miedo, como ya hicieron en la París-Niza, por ejemplo.

"Hemos traído un gran equipo y se nos pueden dar bien las próximas etapas. En el último fin de semana voy a trabajar para Primoz, pero vamos a tratar de mantener el amarillo hasta entonces", advertía Van Aert, triunfador en una jornada algo accidentada. Sobre todo, en su inicio, con malas noticias para el pelotón español. Imanol Erviti (Movistar), que ha terminado la carrera en 10 ocasiones, se veía obligado a abandonar a los treinta kilómetros tras una caída durante la salida neutralizada. El navarro, con diversos cortes y atendido por los médicos de la carrera, fue trasladado al centro médico de Valence. A su mala noticia, en el apartado de sobresaltos, se sumaba la retirada de Niklas Markl (DSM) sólo 10 km tras el inicio, un pinchazo en la cabeza del pelotón a 40 km del final o un extraño cambio de rueda de Rolland. Para el Jumbo, no hay sustos.

Clasificación 1ª etapa

1º Wout van Aert (BEL, Jumbo) 4h 37:31

2º Ethan Hayter (GBR, Ineos) m.t.

3º Sean Quinn (USA, EF) m.t.

4º Hugo Page (FRA, Intermarché) m.t.

Clasificación general

1º Wout van Aert (BEL, Jumbo) 4h 37:21

2º Ethan Hayter (GBR, Ineos) a 4''

3º Sean Quinn (USA, EF) a 6''

4º Maxime Bouet (FRA, Arkea) a 7''