Jetse Bol: el 'Holandés Errante' del ciclismo está en Burgos BH

En los últimos años, encender la televisión sobre las cuatro de la tarde, en agosto, en busca de la emisión de La Vuelta, era sinónimo de ver en pantalla a un imponente neerlandés de 1,84 m rodando a pleno sol junto a otro puñado de corredores. Un valiente aventurero que desafiaba al pelotón un día sí y otro también. Su nombre es Jetse Bol (Países Bajos, 32 años), un trotamundos del ciclismo al que podemos llamar Holandés Errante. Bol está atado a esas fugas, su mejor opción para brillar sobre el asfalto, como la leyenda del navío, condenado por la eternidad a surcar los mares sin regresar a puerto.

"Estás concentrado durante cinco horas. No es muy diferente a ir en el pelotón, solo que vas más tranquilo al ir con menos ciclistas al relevo. Todos tenemos un objetivo en común. Grandes recuerdos no tengo, pero mucho sufrimiento. El año pasado, en la etapa de Valencia (La Vuelta) fuimos tan rápido... Al final acabas muerto. Sé que no soy el ciclista más rápido del mundo ni el mejor escalador y tengo que atacar, buscar mis opciones en una fuga. En un buen día, puedo ganar", explica Jetse a AS durante su participación en el Tour de Omán, una primera carrera del año para él que ve con buenos ojos: "A mi me gusta mucho empezar aquí, fuera de Europa, que hay más tranquilidad y menos estrés. Son carreteras muy anchas que a mí me van bien, ya que las primeras carreras siempre cuesta un poco. Con el clima, mejor calor que lluvia y frío para empezar. Corrí aquí en 2014 y nunca había visto dromedarios en España al lado de las carreteras. Estamos en mitad de la nada. Aquí el ciclismo no tiene tanta afición, es otro tipo de carrera".

Bol dio sus primeros pasos como profesional en el mítico Rabobank (actual Jumbo-Visma), hogar de grandes campeones como Denis Menchov y Óscar Freire, pero desde 2015 tuvo que hacerse hueco lejos de las altas esferas del ciclismo, llamando a otras puertas... Y se le abrieron en Colombia, en las filas de un Manzana Postobón donde el neerlandés aprendió un nuevo idioma y otra cultura ciclista. Esa transición le vino de perlas para adaptarse rápidamente a lo que llama hogar desde el 2018: el Burgos BH. "El trabajo de los equipos es lo mismo, pero a mí el Burgos me gusta mucho. No somos muy grandes, somos más como una familia. El staff y los ciclistas tenemos una buena relación y es como estar en casa", afirma Jetse con una gran sonrisa.

El neerlandés, cuya 'oficina' de trabajo está en Girona (donde reside), está en el momento más satisfactorio de su carrera después de casi cuatro años en nuestro país: "Me gusta mucho España. Es mi quinta temporada aquí y estoy en mi lugar. Antes corrí en el World Tour y era el número 28 del equipo. No tengo que ser el líder y aquí tengo oportunidades, más libertad. Para hacer un buen resultado tenemos muy buenos esprinters, como Peñalver, pero no ganamos 20 carreras al año. En el World Tour trabajaría en el pelotón para los esprinters o tirando para el escalador que pudiera atacar en el puerto".

Pero, después de tantos años, ¿cómo ve un neerlandés el ciclismo actual de su país desde la distancia? "El ciclismo es como la marea, sube y baja. Hace dos años, Países Bajos fue feliz con un tío en el podio del Tour de Francia (Kruijswijk). Ahora estamos muy bien, pero nunca se sabe. Todo depende de los talentos que hay cada año. DSM y Jumbo-Visma tienen su propio filial, de mucho nivel, y eso ayuda mucho al ciclismo. Nunca se sabe y puede que tengamos otra época más baja", valoró un Bol que, sin duda, encontró su sitio entre Burgos y Girona. ¿Cuándo volverá a 'navegar' sobre el asfalto el Holandés Errante?