La enorme presión sobre Bélgica en la fiesta de Flandes

El Mundial de Flandes no es una competición cualquiera. Las calles y carreteras están engalanadas en cada esquina con motivos ciclistas en la tierra de Merckx, Maertens, Van Looy, Museeuw o Boonen, donde la bicicleta es religión. Por las calles de Lovaina, ciudad que acoge las metas de las pruebas de fondo, pasean muchos de los campeones del mundo que este sábado asistieron a una gala celebrada por la UCI. Pero en ese ambiente de celebración, y a falta sólo de la prueba de fondo absoluta masculina, Bélgica aún no ha podido celebrar ningún oro en su Mundial.

De momento, todas las medallas locales han llegado en la crono, el bronce de SSegaert en la junior, de Vermeersch en la Sub-23, y la plata y el bronce de Van Aert y Evenepoel en la contrarreloj absoluta, estos dos, las grandes bazas en la prueba reina. Sobre el primero, flamenco de Amberes, estarán todas las miradas. "Nunca he sentido tanta presión", ha llegado a reconocer el del Jumbo. Sobre el segundo, también de la región de Flandes, el dedo acusador de la leyenda Eddy Merckx asegurando que sólo corre para él mismo. "No quiero joder al equipo", se ha defendido este joven prodigio de 21 años al que señalan como el heredero del Caníbal.

Sobre ambos estarán las ilusiones de toda la nación hasta el punto de que el rey, Felipe de Bélgica, ya ha anunciado que recibirá a todos los medallistas en una recepción con honores, en la que sólo les queda la oportunidad este domingo de añadir un maillot arcoiris a un botín en el que hasta ahora sólo hay medallas de plata y bronce.