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CICLISMO

Las grandes gestas del ciclismo actual

Etapa del Giro en el Zoncolan. Olor a épica. Momento para recordar las últimas gestas y remontadas, todas en color, en un deporte de puro sufrimiento: Contador, Indurain, Hinault, Froome, Chiappucci, LeMond…

La carrera de Alberto Contador está repleta de momentos épicos, pero el último de su exitosa trayectoria lo dejó en un puerto tan mítico como el Mortirolo. En el Giro de Italia de 2015, Contador sufrió un pinchazo justo antes de llegar a las primeras rampas del coloso italiano. Por delante, Aru y Landa, sus principales rivales, le aventajaban en más de un minuto, por lo que, sin la ayuda de ningún compañero, el pinteño se vio obligado a iniciar una persecución en solitario a modo de cronoescalada. Para sorpresa del dúo de Astana, Contador les alcanzó unos kilómetros antes de la cima y dejó atrás a Aru con un tremendo cambio de ritmo. Esa hazaña le sirvió para conquistar la última gran vuelta de su extenso palmarés.
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Alberto Contador y la hazaña del Mortirolo

La carrera de Alberto Contador está repleta de momentos épicos, pero el último de su exitosa trayectoria lo dejó en un puerto tan mítico como el Mortirolo. En el Giro de Italia de 2015, Contador sufrió un pinchazo justo antes de llegar a las primeras rampas del coloso italiano. Por delante, Aru y Landa, sus principales rivales, le aventajaban en más de un minuto, por lo que, sin la ayuda de ningún compañero, el pinteño se vio obligado a iniciar una persecución en solitario a modo de cronoescalada. Para sorpresa del dúo de Astana, Contador les alcanzó unos kilómetros antes de la cima y dejó atrás a Aru con un tremendo cambio de ritmo. Esa hazaña le sirvió para conquistar la última gran vuelta de su extenso palmarés.

FOTO:Tim de WaeleCorbis via Getty Images
“Yo nunca he abandonado una carrera”, llegó a decir Abraham Olano, ya retirado, durante una de sus participaciones en la Atacama MTB Challenger. Buena muestra de ello fue el oro que conquistó el corredor vasco en los Mundiales de Duitama (Colombia) en 1995, cuando pudo cruzar línea de meta pese a llevar pinchada la rueda trasera de su bicicleta durante el último kilómetro. Por si fuera poco, tuvo que resistir la persecución de dos grandes ciclistas como Pantani y Gianetti, aunque ahí estuvo Indurain para frenarles y redondear un doblete histórico para el ciclismo español.
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Abraham Olano, oro con la rueda pinchada

“Yo nunca he abandonado una carrera”, llegó a decir Abraham Olano, ya retirado, durante una de sus participaciones en la Atacama MTB Challenger. Buena muestra de ello fue el oro que conquistó el corredor vasco en los Mundiales de Duitama (Colombia) en 1995, cuando pudo cruzar línea de meta pese a llevar pinchada la rueda trasera de su bicicleta durante el último kilómetro. Por si fuera poco, tuvo que resistir la persecución de dos grandes ciclistas como Pantani y Gianetti, aunque ahí estuvo Indurain para frenarles y redondear un doblete histórico para el ciclismo español.

FOTO:DIARIO ASDIARIO AS
Ganar una etapa del Tour de Francia con final en alto está al alcance de unos pocos elegidos. Pero ¿se imaginan lograrlo después de sufrir una caída? Fue lo que consiguió Giuseppe Guerini en la Grande Boucle de 1999, cuando a falta de un kilómetro de la cima de Alpe d’Huez, un espectador se cruzó en su trayectoria para sacar una fotografía. El entonces corredor del Telekom cayó al asfalto, pero reanudó la marcha para vencer en solitario por unos pocos segundos de ventaja. Puro coraje.
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Giuseppe Guerini, la caída y el Alpe d’Huez

Ganar una etapa del Tour de Francia con final en alto está al alcance de unos pocos elegidos. Pero ¿se imaginan lograrlo después de sufrir una caída? Fue lo que consiguió Giuseppe Guerini en la Grande Boucle de 1999, cuando a falta de un kilómetro de la cima de Alpe d’Huez, un espectador se cruzó en su trayectoria para sacar una fotografía. El entonces corredor del Telekom cayó al asfalto, pero reanudó la marcha para vencer en solitario por unos pocos segundos de ventaja. Puro coraje.

FOTO:Stéphane RuetSygma via Getty Images
La de Michael Rogers es, sin duda, una de las gestas más curiosas de la historia del ciclismo. Corría la cuarta etapa del Tour Down Under 2002, la gran cita del ciclismo australiano, cuando Rogers sufrió una avería que le obligó a cambiar de bicicleta. Ante la demora del coche del equipo, un espectador le prestó a Rogers su propia bicicleta para que pudiera continuar la etapa, ya que estaba a tan sólo un segundo del liderato de la general. Con dicha montura, Rogers no sólo consiguió alcanzar al grupo de cabeza, sino que concluyó la etapa segundo por detrás de un joven Cadel Evans para ganar la general. Festival australiano.
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Michael Rogers con la bici de un espectador

La de Michael Rogers es, sin duda, una de las gestas más curiosas de la historia del ciclismo. Corría la cuarta etapa del Tour Down Under 2002, la gran cita del ciclismo australiano, cuando Rogers sufrió una avería que le obligó a cambiar de bicicleta. Ante la demora del coche del equipo, un espectador le prestó a Rogers su propia bicicleta para que pudiera continuar la etapa, ya que estaba a tan sólo un segundo del liderato de la general. Con dicha montura, Rogers no sólo consiguió alcanzar al grupo de cabeza, sino que concluyó la etapa segundo por detrás de un joven Cadel Evans para ganar la general. Festival australiano.

FOTO:Lars RonbogFrontzoneSport via Getty Images
Después de conquistar cuatro Tours de Francia y dos Vueltas a España, a Chris Froome todavía le quedaba un reto por cumplir para culminar su colección de grandes rondas: el Giro de Italia. En la edición de 2018 fue a por ello, pero las cosas no le fueron bien durante las dos primeras semanas ante Simon Yates y Dumoulin. En la 19ª etapa, cuando ya no quedaba apenas margen de remontada, el británico puso patas arriba la carrera. Atacó en el Colle delle Finestre, a 80 km de meta, y dejó atrás a todos sus rivales. Yates, hundido, acabó el día a 40 minutos de su compatriota, que ganó la etapa en solitario y se enfundó la maglia rosa en la cima del Zoncolan gracias a una de las actuaciones más alucinantes de la historia de este deporte. Dumoulin perdió más de tres minutos respecto a Froomey, y ya no pudo revertir la situación en las dos etapas restantes.
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Chris Froome y el KO a Simon Yates en el Giro

Después de conquistar cuatro Tours de Francia y dos Vueltas a España, a Chris Froome todavía le quedaba un reto por cumplir para culminar su colección de grandes rondas: el Giro de Italia. En la edición de 2018 fue a por ello, pero las cosas no le fueron bien durante las dos primeras semanas ante Simon Yates y Dumoulin. En la 19ª etapa, cuando ya no quedaba apenas margen de remontada, el británico puso patas arriba la carrera. Atacó en el Colle delle Finestre, a 80 km de meta, y dejó atrás a todos sus rivales. Yates, hundido, acabó el día a 40 minutos de su compatriota, que ganó la etapa en solitario y se enfundó la maglia rosa en la cima del Zoncolan gracias a una de las actuaciones más alucinantes de la historia de este deporte. Dumoulin perdió más de tres minutos respecto a Froomey, y ya no pudo revertir la situación en las dos etapas restantes.

FOTO:Tim de WaeleGetty Images
Alberto Contador dio toda una lección de su mentalidad ofensiva e inconformismo en la Vuelta a España de 2012. Después de caer en varios finales de etapa ante ‘Purito’ Rodríguez, que mantenía el maillot rojo de líder por 28 segundos, el ‘Pistolero’ decidió pasar al ataque en la 17ª etapa de la Vuelta a 50 km de la meta. Su órdago llegó en la Collada de la Hoz (2ª categoría) y Purito, convencido de ser el más fuerte, decidió no responder. Ahí firmó su sentencia de ‘muerte’ el catalán, con un Contador lanzado que mientras abría hueco recibió la colaboración de hombres de la fuga como su amigo Paolo Tiralongo. El madrileño cabalgó de forma inexorable hacia la victoria de etapa en la cima de Fuente Dé, se aupó al liderato y dio un golpe moral definitivo a la carrera, a falta de defender su gesta en las rampas de la Bola del Mundo en la penúltima etapa. No hubo mejor forma de regresar a la competición, tras su suspensión por el positivo de clembuterol en el Tour 2010, que desde lo más alto del podio de Madrid.
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Alberto Contador y la cabalgada de Fuente Dé

Alberto Contador dio toda una lección de su mentalidad ofensiva e inconformismo en la Vuelta a España de 2012. Después de caer en varios finales de etapa ante ‘Purito’ Rodríguez, que mantenía el maillot rojo de líder por 28 segundos, el ‘Pistolero’ decidió pasar al ataque en la 17ª etapa de la Vuelta a 50 km de la meta. Su órdago llegó en la Collada de la Hoz (2ª categoría) y Purito, convencido de ser el más fuerte, decidió no responder. Ahí firmó su sentencia de ‘muerte’ el catalán, con un Contador lanzado que mientras abría hueco recibió la colaboración de hombres de la fuga como su amigo Paolo Tiralongo. El madrileño cabalgó de forma inexorable hacia la victoria de etapa en la cima de Fuente Dé, se aupó al liderato y dio un golpe moral definitivo a la carrera, a falta de defender su gesta en las rampas de la Bola del Mundo en la penúltima etapa. No hubo mejor forma de regresar a la competición, tras su suspensión por el positivo de clembuterol en el Tour 2010, que desde lo más alto del podio de Madrid.

FOTO:Tim de WaeleCorbis via Getty Images
El descenso del Tourmalet que hizo Miguel Indurain en 1993 fue tan vertiginoso que ni siquiera existen imágenes de semejante barbaridad. Ni las motos pudieron seguir al navarro en aquella bajada a tumba abierta cuando Tony Rominger, su gran rival de dicha edición, decidió poner la carrera patas arriba al coronar el puerto. Ni la reputada habilidad del suizo, que llegó a sacar casi un minuto de renta, pudo con Indurain, que sin completar la bajada al completo dio caza a su rival, salvando el maillot amarillo y desmoralizando a Rominger, que de ninguna manera pudo con él en ese Tour.
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Miguel Indurain y el descenso del Tourmalet

El descenso del Tourmalet que hizo Miguel Indurain en 1993 fue tan vertiginoso que ni siquiera existen imágenes de semejante barbaridad. Ni las motos pudieron seguir al navarro en aquella bajada a tumba abierta cuando Tony Rominger, su gran rival de dicha edición, decidió poner la carrera patas arriba al coronar el puerto. Ni la reputada habilidad del suizo, que llegó a sacar casi un minuto de renta, pudo con Indurain, que sin completar la bajada al completo dio caza a su rival, salvando el maillot amarillo y desmoralizando a Rominger, que de ninguna manera pudo con él en ese Tour.

FOTO:Quim LlenasCover/Getty Images
La contrarreloj que decidió el Tour de Francia de 1989 mostró el carácter indomable y competitivo de Greg LeMond. Laurent Fignon partía con 50 segundos de ventaja sobre el estadounidense, pero a lo largo de los 24,5 kilómetros de la crono entre Versalles y París, LeMond le dio la vuelta a la tortilla.  ¿Resultado? LeMond subió a lo más alto del podio en los Campos Elíseos por solo ocho segundos, la diferencia más exigua en la historia del Tour. No podía ser de otro modo tras pulverizar el crono a una velocidad media de 54,5 km/h.
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Greg LeMond remonta a Fignon en la crono

La contrarreloj que decidió el Tour de Francia de 1989 mostró el carácter indomable y competitivo de Greg LeMond. Laurent Fignon partía con 50 segundos de ventaja sobre el estadounidense, pero a lo largo de los 24,5 kilómetros de la crono entre Versalles y París, LeMond le dio la vuelta a la tortilla. ¿Resultado? LeMond subió a lo más alto del podio en los Campos Elíseos por solo ocho segundos, la diferencia más exigua en la historia del Tour. No podía ser de otro modo tras pulverizar el crono a una velocidad media de 54,5 km/h.

FOTO:Jean-Yves RuszniewskiCorbis/VCG via Getty Images
Las primeras conquistas del Tour de Francia por parte de Indurain van muy ligadas a la figura de Claudio Chiappucci. El ‘Diablo’, uno de los mejores escaladores de su generación, siempre apretó las clavijas al navarro, aunque nunca pudo derrotarle en la clasificación general. Pero jamás le apretó tanto como la etapa con final en Sestriere de la edición de 1992. Con pocas opciones de remontada ante la solidez de Indurain, el italiano planteó una jornada al ataque casi suicida, ya que atacó cuando restaban 184 km para línea de meta, de una etapa tremenda de 254 km. Pese a la agonía final, Chiappucci lo consiguió casi todo ante su gente: coronó todos los puertos del día en cabeza, soltó a todos sus compañeros de fuga y ganó la etapa en solitario. Lo único que no pudo lograr fue vestirse de amarillo, ya que Indurain pudo salvar el liderato para coronarse en París.
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Claudio Chiappucci, un suicida en Sestriere

Las primeras conquistas del Tour de Francia por parte de Indurain van muy ligadas a la figura de Claudio Chiappucci. El ‘Diablo’, uno de los mejores escaladores de su generación, siempre apretó las clavijas al navarro, aunque nunca pudo derrotarle en la clasificación general. Pero jamás le apretó tanto como la etapa con final en Sestriere de la edición de 1992. Con pocas opciones de remontada ante la solidez de Indurain, el italiano planteó una jornada al ataque casi suicida, ya que atacó cuando restaban 184 km para línea de meta, de una etapa tremenda de 254 km. Pese a la agonía final, Chiappucci lo consiguió casi todo ante su gente: coronó todos los puertos del día en cabeza, soltó a todos sus compañeros de fuga y ganó la etapa en solitario. Lo único que no pudo lograr fue vestirse de amarillo, ya que Indurain pudo salvar el liderato para coronarse en París.

FOTO:Jean-Yves RuszniewskiCorbis/VCG via Getty Images
En la novena etapa del Tour de 1992, Miguel Indurain firmó, la que muchos consideran, la mejor contrarreloj de la historia del ciclismo. En un recorrido exigente de 65 km, donde abundaban los repechos, el fuerte viento e incluso tramos de pavés, el navarro completó un ejercicio ‘extraterrestre’ (así lo tituló L’Équipe en su portada) sobre su bicicleta durante 1 hora, 19 minutos y 31 segundos, a una velocidad promedio superior a los 49 km/h. No sólo ganó la contrarreloj de forma apabullante (sacó tres minutos a De las Cuevas, que terminó segundo), sino que dobló a un sinfín de corredores que salieron por delante de él. Las diferencias respecto a especialistas contra el crono fueron alucinantes: más de 6 minutos a Fignon, 3:41 a Bugno, cuatro minutos a LeMond, 4:30 a Zülle… Algo irrepetible.
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Miguel Indurain y la crono de un extraterrestre

En la novena etapa del Tour de 1992, Miguel Indurain firmó, la que muchos consideran, la mejor contrarreloj de la historia del ciclismo. En un recorrido exigente de 65 km, donde abundaban los repechos, el fuerte viento e incluso tramos de pavés, el navarro completó un ejercicio ‘extraterrestre’ (así lo tituló L’Équipe en su portada) sobre su bicicleta durante 1 hora, 19 minutos y 31 segundos, a una velocidad promedio superior a los 49 km/h. No sólo ganó la contrarreloj de forma apabullante (sacó tres minutos a De las Cuevas, que terminó segundo), sino que dobló a un sinfín de corredores que salieron por delante de él. Las diferencias respecto a especialistas contra el crono fueron alucinantes: más de 6 minutos a Fignon, 3:41 a Bugno, cuatro minutos a LeMond, 4:30 a Zülle… Algo irrepetible.

Mathieu van der Poel ganó la primera gran clásica de su palmarés en la Amstel Gold Race 2019, y de qué manera. Tras la sucesión de escaramuzas que caracteriza a esta carrera, el triunfo parecía cosa de dos en la recta final: Alaphilippe y Fuglsang. Antes de ese momento, cuando faltaban poco más de 6 km para meta, todo parecía perdido para el neerlandés, ya que perdía algo más de un minuto con la cabeza de carrera. No fue así. En una de las mayores muestras de potencia jamás vistas (según datos oficiales llegó a alcanzar picos de 1.400 vatios), Van der Poel inició una remontada increíble con todo un numeroso grupo de corredores enganchados a su rueda. Sin recibir ningún relevo, el nieto de Poulidor fue capaz de atrapar a Alaphilippe y Fuglsang a 500 metros del final y esprintar para subir a lo más alto del podio.
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Mathieu van der Poel, 1.400 vatios

Mathieu van der Poel ganó la primera gran clásica de su palmarés en la Amstel Gold Race 2019, y de qué manera. Tras la sucesión de escaramuzas que caracteriza a esta carrera, el triunfo parecía cosa de dos en la recta final: Alaphilippe y Fuglsang. Antes de ese momento, cuando faltaban poco más de 6 km para meta, todo parecía perdido para el neerlandés, ya que perdía algo más de un minuto con la cabeza de carrera. No fue así. En una de las mayores muestras de potencia jamás vistas (según datos oficiales llegó a alcanzar picos de 1.400 vatios), Van der Poel inició una remontada increíble con todo un numeroso grupo de corredores enganchados a su rueda. Sin recibir ningún relevo, el nieto de Poulidor fue capaz de atrapar a Alaphilippe y Fuglsang a 500 metros del final y esprintar para subir a lo más alto del podio.

FOTO:Gonzalo Arroyo MorenoGetty Images
Tadej Pogacar cayó de pie en el ciclismo. En su primera participación en una gran vuelta, subió al podio de la Vuelta a España, además de conquistar tres etapas. Y en su primer Tour de Francia ascendió al Olimpo de este deporte. Y de qué manera. El esloveno debió tomar buena nota de lo que logró LeMond ante Fignon en la crontrarreloj final del Tour, y aunque en esta ocasión se trató de la penúltima etapa, Pogacar dio una exhibición en la exigente ascensión a la Planche des Belles Filles. Roglic, que defendía 57 segundos de ventaja sobre su compatriota, no pudo hacer nada para contener al joven ciclón, que acabó anotándose la Grande Boucle a los 21 años tras sacarle casi 2 minutos al del Jumbo-Visma en la etapa (59 segundos en la general final).
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Tadej Pogacar remonta a Roglic en la Planche

Tadej Pogacar cayó de pie en el ciclismo. En su primera participación en una gran vuelta, subió al podio de la Vuelta a España, además de conquistar tres etapas. Y en su primer Tour de Francia ascendió al Olimpo de este deporte. Y de qué manera. El esloveno debió tomar buena nota de lo que logró LeMond ante Fignon en la crontrarreloj final del Tour, y aunque en esta ocasión se trató de la penúltima etapa, Pogacar dio una exhibición en la exigente ascensión a la Planche des Belles Filles. Roglic, que defendía 57 segundos de ventaja sobre su compatriota, no pudo hacer nada para contener al joven ciclón, que acabó anotándose la Grande Boucle a los 21 años tras sacarle casi 2 minutos al del Jumbo-Visma en la etapa (59 segundos en la general final).

FOTO:Tim de WaeleGetty Images
Bernard Hinault no necesita presentación, ya que hablamos de uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Su calidad para las rondas de tres semanas, como demuestran sus cinco Tours, tres Giros y dos Vueltas, sobresalió por encima de todos los corredores de su generación, pero además posee un palmarés al alcance de pocos en las clásicas. En la Lieja-Bastoña-Lieja de 1980 se encargó de demostrarlo, siendo uno de los días de climatología más duros en la historia de este deporte. Bajo unas terribles condiciones de frío, lluvia y nieve, el francés atacó a 80 km de la meta y ganó en solitario tras sacar 9:24 a Kuiper, que cruzó la meta segundo de los 21 ciclistas que lograron terminar la carrera (partieron 174). Debido a las bajas temperaturas sufridas durante las siete horas de recorrido, Hinault terminó con congelación en los dedos y necesitó varias semanas para curarse.
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La congelación de Bernard Hinault

Bernard Hinault no necesita presentación, ya que hablamos de uno de los mejores ciclistas de todos los tiempos. Su calidad para las rondas de tres semanas, como demuestran sus cinco Tours, tres Giros y dos Vueltas, sobresalió por encima de todos los corredores de su generación, pero además posee un palmarés al alcance de pocos en las clásicas. En la Lieja-Bastoña-Lieja de 1980 se encargó de demostrarlo, siendo uno de los días de climatología más duros en la historia de este deporte. Bajo unas terribles condiciones de frío, lluvia y nieve, el francés atacó a 80 km de la meta y ganó en solitario tras sacar 9:24 a Kuiper, que cruzó la meta segundo de los 21 ciclistas que lograron terminar la carrera (partieron 174). Debido a las bajas temperaturas sufridas durante las siete horas de recorrido, Hinault terminó con congelación en los dedos y necesitó varias semanas para curarse.

FOTO:Tim de WaeleGetty Images
Fabian Cancellara se encargó de demostrar a lo largo de su carrera su extraordinaria capacidad rodadora, tal como muestran sus títulos de campeón del mundo de contrarreloj. Pero en 2010, firmó una de las exhibiciones más antológicas que se recuerdan en la París-Roubaix. ‘Espartaco’ atacó a 50 km de meta, todo un suicidio cuando se trata de una carrera como el Infierno del Norte. Pero nada ni nadie pudo pararle, ni siquiera dos consumados expertos en pavés como Boonen y Hushovd, quienes terminaron la carrera dos minutos después que el suizo. Otra de las gestas que dejó en su dilatada trayectoria corresponde al Tour de Francia 2007, donde fue capaz de ganar una etapa al esprint ante reputados velocistas como el propio Boonen o Zabel. Una fuerza indomable.
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Fabian Cancellara, un tractor en la París-Roubaix

Fabian Cancellara se encargó de demostrar a lo largo de su carrera su extraordinaria capacidad rodadora, tal como muestran sus títulos de campeón del mundo de contrarreloj. Pero en 2010, firmó una de las exhibiciones más antológicas que se recuerdan en la París-Roubaix. ‘Espartaco’ atacó a 50 km de meta, todo un suicidio cuando se trata de una carrera como el Infierno del Norte. Pero nada ni nadie pudo pararle, ni siquiera dos consumados expertos en pavés como Boonen y Hushovd, quienes terminaron la carrera dos minutos después que el suizo. Otra de las gestas que dejó en su dilatada trayectoria corresponde al Tour de Francia 2007, donde fue capaz de ganar una etapa al esprint ante reputados velocistas como el propio Boonen o Zabel. Una fuerza indomable.

FOTO:Friedemann VogelBongarts/Getty Images
La última gesta que recordamos en esta lista tiene como protagonistas a dos de los corredores más brillantes de la joven generación actual: Van der Poel y Pogacar. Desde la distancia, ambos firmaron una batalla colosal en la quinta etapa de la Tirreno-Adriático de este año, como si de una clásica de las Ardenas se tratase. Al día no le faltó ni un gramo de épica, aderezada con frío y lluvia, ni a Van der Poel de fuerzas, ya que el neerlandés cruzó la meta casi exhausto tras atacar a 50 km de meta y rodar en solitario hasta el triunfo. La emoción estuvo servida cuando Pogacar decidió arrancar del grupo de favoritos a 18 km de la llegada y fue capaz de recortarle casi los 3 minutos de renta que disponía Van der Poel. Un duelo lleno de emoción entre dos titanes llamados a marcar una época.
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El pulso entre Van der Poel y Pogacar

La última gesta que recordamos en esta lista tiene como protagonistas a dos de los corredores más brillantes de la joven generación actual: Van der Poel y Pogacar. Desde la distancia, ambos firmaron una batalla colosal en la quinta etapa de la Tirreno-Adriático de este año, como si de una clásica de las Ardenas se tratase. Al día no le faltó ni un gramo de épica, aderezada con frío y lluvia, ni a Van der Poel de fuerzas, ya que el neerlandés cruzó la meta casi exhausto tras atacar a 50 km de meta y rodar en solitario hasta el triunfo. La emoción estuvo servida cuando Pogacar decidió arrancar del grupo de favoritos a 18 km de la llegada y fue capaz de recortarle casi los 3 minutos de renta que disponía Van der Poel. Un duelo lleno de emoción entre dos titanes llamados a marcar una época.

FOTO:Tim de WaeleGetty Images