El operario de la caída: “La culpa fue de Dombrowski, se cruzó”
Los implicados en el accidente de Landa, que se opera este viernes en Vitoria, acusan a Filippo Bartolucci. El trabajador habló con AS: “El corredor cambió su trayectoria”.
Mikel Landa pasó la noche ingresado y en observación en el hospital de Riccione. “Bastante incómodo y sin descansar mucho”, explicaron a AS desde el Bahrain, ya que el alavés sufre una fractura de clavícula y de cinco costillas en su costado izquierdo, aunque las pruebas descartaron, en principio, un neumotórax. Por eso recibió luz verde para volar desde Rímini a Vitoria en un avión privado y someterse a cirugía este viernes (en la Clínica Vithas San José, con Mikel Sánchez). Joe Dombrowski, quien tiró a Landa, no tomó la salida de la sexta etapa. El estadounidense, al que le realizaron escáneres en el mismo centro sanitario, no se rompió ningún hueso, pero tiene una conmoción.
Según señalaron a AS los equipos implicados, el choque entre Dombrowski y el operario que señalizaba la bifurcación a cuatro kilómetros de Cattolica lo provocó el trabajador con la bandera: golpeó al corredor del UAE, que perdió el equilibrio y se llevó por delante a Landa y Bidard. Esta persona, Filippo Bartolucci, se encarga de portar el banderín para abrir pista o la pizarra con las diferencias en moto, con ocho años de experiencia en el mundo del ciclismo, y la organización del Giro le solicitó que se pusiera en la isleta para indicar al pelotón que rodara por ambos lados de la carretera.
En su caso no se lesionó, pero tampoco participó en el sexto parcial debido a la inflamación de su mano. Pidió perdón, aunque al UAE y al Bahrain, que durmieron en el mismo hotel, el Federico II de Jesi, no les trasladaron disculpas oficiales por el accidente. Bartolucci ofreció sus explicaciones para AS, que se contradicen con la versión de las escuadras: “Dombrowski se cruzó en el último momento, cambió de trayectoria y no fue mi culpa. Me siento bien, apenado por lo sucedido, y regresaré al asfalto en la séptima jornada”.
RCS, la empresa responsable de la ronda italiana, asumió que iban a quedar señalados y lo consideró un lance de carrera, pese a las críticas vertidas por lo peligroso del trazado en esa fase final de la etapa. Los corredores consideran que tanto la Unión Ciclista Internacional (UCI) como los organizadores siguen sin apuntar el foco a lo realmente importante: la seguridad.