El ciclismo está detenido, pero los rodillos no paran en las casas de los corredores. Son las consecuencias que ha dejado la pandemia del coronavirus en este deporte, con carreteras vacías que contrastan con los piques y ejercicios en plataformas virtuales. Una circunstancia que el velocista italiano Elia Viviani, vigente campeón de Europa de ciclismo en ruta, ha valorado en el portal Leggo.

"No estoy seguro de si alguien puede soportarlo. Ya es difícil después de un mes, es suficiente para volverte loco. Estás solo, en un espacio pequeño. Es completamente lo contrario de competir y entrenar al aire libre. Sudar y sufrir en los rodillos en casa es muy diferente", explicó el italiano, que está llevando mal el no salir a la carretera a rodar, algo que hizo por última vez a la conclusión de la París-Niza (13 de marzo).

Tras la carrera francesa, última que se celebró antes de la suspensión del ciclismo por el COVID-19 hasta el 1 de junio, el corredor del Cofidis regresó a su domicilio en Udine, donde se prepara para una posible reanudación de las carreras en el Tour de Francia. Sobre la incertidumbre que rodea a la Grande Boucle, Viviani se posicionó totalmente en contra de que se celebre sin público: "Rodar en bicicleta a puerta cerrada sería un gran error. Y no digo eso sólo por los aficionados, ya que con un poco de sacrificio pueden ver las carreras desde casa. Lo digo porque si quisieran correr a puerta cerrada, significaría que la pandemia no se ha erradicado por completo. En ese caso, sería mejor quedarse en casa".