¡Estoy encantado! Nunca hubiera imaginado que acabaría segundo esta Vuelta. Llegué a ganar alguna etapa, pero acabar sólo por detrás de Roglic es un gran éxito”, dijo Alejandro Valverde en la meta de la Plataforma de Gredos. El murciano, de 39 años, era la cara alegre de un Movistar que ha vivido una última semana de carrera convulsa.

La jornada arrancó con la resaca del cruce de declaraciones por la actitud de los españoles camino de Toledo y los insultos de Miguel Ángel López, que se acercó al campeón del mundo en la salida a disculparse: “Cometí un error”. El murciano, a pesar de que se le notó molesto por las descalificaciones, no quiso entrar en polémicas una vez que confirmó su plaza en el cajón de Madrid, posición que estuvo en peligro por el ataque de Pogacar. Finalmente le arrebató la tercera plaza a su compañero Nairo Quintana. “Con la lluvia se debió estropear la emisora, ni Nairo ni yo conocíamos las referencias. Se las preguntaba a Ion Izagirre. El público también me fue diciendo que apretara y me dio información. Entonces me puse a tope. Quisimos defender la plaza de Nairo y la mía, al final el tercero no pudo ser. Yo estoy contento y le quiero dar las gracias al equipo”, relató el murciano.

Un Valverde que volvió a demostrar que la edad no impide que aspire a objetivos grandes, 16 años de la primera vez que se encaramó al podio de Madrid y diez después de que conquistara la ronda española. Un premio después de que en la pasada edición se le escapó en las últimas jornadas. “Este año he acabado mucho mejor, hasta gané peso”, bromeaba el español, que ya mira a su próximo objetivo, defender el maillot arcoíris en Yorkshire: “Será muy difícil, pero lo vamos a intentar. La Selección que vamos a llevar es muy buena. El recorrido no se me adapta tan bien como el de Inns­bruck el año pasado, pero lo daremos todo”.