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LA RUTA DEL TOUR

El plante de Tarascon y la bajada de pantalones

El caso Festina provocó airadas protestas del pelotón. Pantani dejó una icónica imagen sentado en el suelo en aquel agitado Tour de 1998.

Marco Pantani, en el plante de Tarascon en 1998.
REUTERS

Hay una foto icónica del escándalo del Festina en el Tour de 1998. En ella se ve a Marco Pantani en primer plano, sentado en el suelo. La imagen pertenece a la salida de la 12ª etapa, el 24 de julio, cuando el pelotón se plantó en protesta por el trato de la policía a los ciclistas detenidos. Después de negociaciones, idas y venidas, la revuelta de Tarascon se diluyó en dos horas. La etapa de hoy pasa por allí. Una excusa para recordar.

Tres días antes del inicio del Tour, a las 5:40 de la mañana, la policía arrestó a Willy Voet, masajista del Festina, en la frontera franco-belga con un arsenal de productos dopantes en el maletero del coche: 235 ampollas de EPO, 12 cápsulas de anfetaminas, 82 soluciones de hormona de crecimiento, 60 frascos de testosterona y corticoides.

Su detención desencadenó una catarata de acciones policiales que convulsionaron el Tour de Francia. Primero fue encarcelado el director, Bruno Roussel. Y ocho días después fueron detenidos los ciclistas, ya expulsados de la carrera. El trato que recibieron en los calabozos, donde se les aplicó el protocolo de tráfico de drogas, provocó la reacción del pelotón en aquella salida pirenaica.

Pantani, Jalabert, Durand y Luc Leblanc se erigieron como cabecillas. El organizador, Jean Marie Leblanc, presionaba para dar el banderazo: "Os debéis al público. Si no salís hoy, se termina el Tour aquí, y ya veremos qué pasa en 1999". Finalmente se llegó a un acuerdo: la etapa se celebraba y por la noche habría una reunión. Los ciclistas salieron poco a poco. No todos. Muchos aún era reticentes: "Nos estamos bajando los pantalones", dijeron varios españoles. Pero la brecha se había abierto. El último que partió fue Jalabert, con lágrimas en los ojos y una frase en español: "Deja que los pichaflojas hagan el ridículo".

El escándalo no acabó ahí. El 29 de julio, el TVM sufrió registros. Y los ciclistas reaccionaron con más dureza. Al día siguiente, en el kilómetro 22, echaron pie a tierra, se quitaron los dorsales… Cinco equipos abandonaron: los españoles ONCE, Banesto, Vitalicio y Kelme, y el italiano Riso Scotti. El TVM lo haría dos jornadas después, al paso por la frontera de Suiza.

Fue un Tour turbulento, pero el empecinamiento de Leblanc por acabar la carrera se cumplió y en París ganó El Pirata. El rebelde de Tarascon.