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CICLISMO | PARÍS-ROUBAIX

Un monumento a la enorme carrera de Philippe Gilbert

El belga, el mejor sobre los adoquines camino de Roubaix, ya tiene todos los monumentos menos San Remo. Politt fue segundo y Lampaert, tercero.

Un monumento a la enorme carrera de Philippe Gilbert
EFE

La París-Roubaix es una carrera de selección natural. Sólo los más fuertes sobreviven al pavés y a la mala fortuna. La edición de 2019 la conquistó Philippe Gilbert. El belga supo gestionar los adoquines, dosificar las energías y no sufrió ningún percance mecánico. Fue el mejor y superó sin problemas al esprint a Nils Politt. A los 36 años, a Gilbert únicamente le falta la Milán-San Remo en su colección de monumentos: lleva dos Lombardías (2009 y 2010), una Lieja (2011), un Tour de Flandes (2017) y una Roubaix (2019). Politt, quinto en Flandes la semana pasada, alcanzó una segunda posición de quilates. Yves Lampaert, también del Deceuninck como Gilbert, logró la tercera plaza. Se trató del triunfo 700 para la estructura de Pat Lefevere.

La clásica de los adoquines se decidió entre un ataque en el avituallamiento, en el que saltaron Politt y Gilbert, y el tramo de Auchy à Bersée, donde Sagan se llevó a su rueda a Vanmarcke, Van Aert, Lampaert… e Iván García Cortina. El asturiano, muy atento y siempre a la ofensiva, leyó perfectamente el movimiento del eslovaco, pero una avería acabó con sus opciones. De 23 años, dispondrá de más oportunidades en el futuro. Una lástima que circunstancias ajenas a él terminaran con su sueño de verse entre los aspirantes a la victoria.

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Antes de Arenberg, el primer sector de cinco estrellas, Kristoff estaba ya descartado por culpa de dos pinchazos. Asgreen, Rowe o Benoot (que se estampó con la luna trasera del coche del Jumbo y abandonó) también tuvieron problemas técnicos. Como Wout van Aert, al que se le bloqueó el cambio, cogió la bici de repuesto, se cayó y debió perseguir en solitario y sin ayuda de sus compañeros. Una exhibición de potencia… sin recompensa. Le eliminaron en cuanto los deceunincks apretaron en el grupo de elegidos. Politt se marchó junto a Gilbert en el tramo de Gruson, y Sagan y Vanmarcke explotaron. Muchísimo más rápido y experimentado que Politt, Gilbert condujo al alemán al velódromo de Roubaix como a un borreguito para ganar su primer pedrusco. Campeón mundial en 2012 y vencedor de etapas en las tres grandes, sólo le queda por ganar en San Remo: “Mi objetivo hasta que me retire”.