Como confirmó As con fuentes partícipes en el procedimiento, el expediente contra Manolo Saiz por su implicación en la Operación Puerto, que la AEPSAD obligó a reemprender a la Federación Española de Ciclismo debido a su cierre sin sanción cuando Saiz solicitó su licencia, volvió a archivarse por la renuncia por escrito del cántabro al documento.

Su equipo, el Aldro, desapareció para 2019. La AEPSAD, la AMA y la UCI (las partes personadas en el caso) exigieron pruebas testificales para reclamar su suspensión, y el técnico reculó ante la perspectiva de repetir otro juicio y tener que explicar de nuevo por qué portaba dos cajas de Synacthen cuando le arrestaron en mayo de 2006.

Tras una prórroga de seis meses, Saiz se encuentra en la misma situación que Vicente Belda, Ignacio Labarta y Yolanda Fuentes, los otros involucrados que disponían de licencia cuando estalló la OP: no pueden trabajar en el ciclismo en un plazo de tres años o se retomarán las actuaciones contra ellos. Pero ninguno de los cuatro (ni corredores) ha sido castigado por la Federación a pesar de que se demostró el dopaje en la sentencia del magistrado Benito López.