Domenico Pozzovivo se encuentra ante “la oportunidad” de su vida de subir al podio del Giro, la “carrera del corazón de todo italiano”. Debutó en 2005 con un abandono. Ha terminado cuatro veces dentro del top-ten, con su quinto de 2014 como mejor puesto. Ahora, a los 35 años, está tercero, a 2:43 de Simon Yates. Y a pesar de sus prestaciones, al menudo escalador del Bahrain (1,64 y 52 kilos) le ha molestado que en su país se hable mucho más del hundimiento de Fabio Aru que de él: “Entiendo que Fabio ha conquistado una Vuelta y acabado segundo y tercero en el Giro, pero he rendido con los mejores en todas las etapas de montaña y afronto una semana decisiva para mí”.

Un toque de atención, dado lo que espera de las dos jornadas alpinas que restan: “Será ese momento de ir a por todas, de ofrecer lo máximo y de alcanzar los objetivos”. En su palmarés sólo aparece un triunfo en la Corsa Rosa (en el Lago Laceno, en 2012), y le encantaría “lograr otro” en Bardonecchia o Cervinia. De la contrarreloj de Rovereto salió reforzado: “Deseaba que la pérdidas no superaran los tres minutos, así que me siento satisfecho y motivado por lo que nos falta hasta llegar a Roma”. Deberá pelear con Dumoulin (segundo, a 28 segundos), Froome (cuarto, a 3:22) y Pinot (quinto, a 4:24) por su plaza en el cajón.