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GIRO ITALIA 2018

Carapaz: la revelación del Giro escala para el Movistar

Con 24 años, el ecuatoriano lidera la clasificación de los jóvenes y marcha 11º de la general, a 1:23 de Yates, tras entrar con los mejores en el Etna.

Italia
Carapaz: la revelación del Giro escala para el Movistar
Alberto Iranzo

A los 24 años, Richard Antonio Carapaz lidera al Movistar en el Giro junto a Carlos Betancur. Entró con los favoritos en el Etna, roza el top-ten (11º, a 1:23 de Simon Yates) y luce la maglia blanca de mejor joven. Natural de El Carmelo, en la ecuatoriana provincia de Carchi (una región con una altitud media de 3.461 metros sobre el nivel del mar), llega de conquistar El Acebo y la general de la Vuelta a Asturias, sus primeras victorias como profesional en Europa: “Me encuentro en buena forma, con ganas de lograr una buena clasificación y luchar por etapas de montaña. Me considero un escalador, aunque asimilo muy bien el esfuerzo de las tres semanas”. Para preparar la carrera italiana se concentró en altura en su país “durante un mes”.

En el Movistar confían en su evolución. En su primera campaña con el equipo telefónico acabó 36º en su debut en una grande, en la Vuelta de 2017. Chente García Acosta y Pablo Lastras, los directores en el Giro, le miman y aconsejan. No en vano, Eusebio Unzué le fichó directamente en 2016: “Fue Eusebio, el mánager en persona, el que me contrató. Corría para el Strongman en 2015, me impuse en la Vuelta de la Juventud de Colombia, le llamé la atención, me llamó, vine para el Lizarte… y en tres meses ya me subieron como stagiare con el Movistar. Un sueño cumplido”.

Ahora reside en Pamplona, “un lugar con un clima bastante parecido al de El Carmelo”. No le costó adaptarse: “Aparte de que la ciudad me gusta y en la escuadra me ayudaron en todo lo posible, me facilitó muchísimo comunicarnos con el mismo idioma. Me siento orgulloso por pertenecer a este grupo”. Los compañeros, técnicos y auxiliares le apodan Richie. “Motiva mucho que se preocupen y me cuiden, y por eso pretendo devolver la confianza depositada con trabajo y éxitos”.

Comenzó a tomarse en serio la bicicleta a los 15 años: “Me inscribí en competiciones oficiales y se me dio bien. Antes practicaba ciclismo más por diversión, salía con un amigo”. Su afición se desarrolló de forma natural, ya que nadie en su familia le influyó: “Ninguno hacía bici antes que yo. Después me apoyaron en mi decisión”. Eso sí, debió marcharse a Colombia: “En Ecuador apenas existe tradición. Cochise, como figura histórica, y los escarabajos fueron los primeros ciclistas de los que empecé a saber”. Así que Carapaz desea convertirse, “desde la humildad”, en un referente: “Pretendo crecer para generar afición en mi país”.