Pura Titan Desert: la emoción de Sabah al oír por primera vez
A sus 23 años y gracias al proyecto solidario de GAES con motivo de la prueba ciclista, lloró tras la implantación de un audífono que le cambiará la vida.
Sabah tiene 23 años, trabaja haciendo diseños y tatuando, y vive en Merzouga, Marruecos, un país con una altísima tasa de población con problemas auditivos. Fue incluida en una lista que le va a cambiar la vida, un registro que se confecciona durante todo un año, de una Titan Desert a la siguiente, a partir de un estudio que GAES lleva a cabo en las zonas por las que discurre la carrera para seleccionar a las personas que necesitan más ayuda.
Es jueves y Sabah aún no sabe lo que se ha perdido porque no se puede echar de menos lo que nunca se ha tenido. Pero está a punto de descubrirlo, de disfrutarlo, de oír por primera vez en toda su vida. Por fin llega a la sala habilitada por GAES para su acción solidaria, consistente en practicar audiometrías, eliminar tapones de cera o colocar 50 audífonos, a 2.000 euros por aparato, a habitantes locales. Lo hacen desde 2012, dentro del tradicional marco de actos altruistas que acompañan a la Titan Desert. Cada una de sus visitas ayuda a enderezar la vida de personas desprotegidas, casi siempre víctimas de un denominado primer mundo que, consciente e inconscientemente, les da la espalda.
Esta vez es el turno de Sabah, que aparece nerviosa, asustada, tímida, expectante. El equipo médico no puede determinar con exactitud el origen de su sordera, pero intuye que es de nacimiento. Empieza a hacer pruebas y, de repente, ya: Sabah reacciona a ruidos y voces. Para las sensaciones más especiales, para los momentos más inolvidables, nunca hay palabras. Por eso Sabah llora, como llora su madre, que nunca la había escuchado hablar, como lloran los doctores, la maravillosa gente de GAES, tan profesional como humana, y como llora cualquiera que asista a esta suerte de trance.