Imparable Kwiatkowski: se luce en Malhao para ganar la general
El polaco se fue con máxima facilidad en el puerto final. Escapado durante casi la totalidad de la etapa, Kwiatkowski arrebató a su compañero Thomas el amarillo.
Sky salió con dos balas a la última etapa de la Vuelta al Algarve: Geraint Thomas era el líder y Michal Kwiatkowski estaba segundo a sólo 19 segundos. La carrera no se les podía escapar y no dudaron en arriesgar. El polaco fue la avanzadilla de los ingleses, si salía bien ganaría... si el pelotón corría, el amarillo sería para su compañero. Ocurrió lo primero. Sin la fuerza de Sky en el pelotón para derrocar la escapada, un grupo de 25 corredores hicieron el hueco necesario para jugarse entre todos la etapa. Kwiatkowski lo vio y supo esperar su momento. En la subida final atacó. Sin oposición. Cruzó la meta haciendo el gesto de ir a caballo. Lo pareció. Nadie le pudo hacer sombra.
El grupo se formó en la primera parte de la etapa. Todos miraban a tres hombres para la victoria final: Kwiatkowski, Gilbert y Stybar. Los tres monopolizaron todo. Kwiatkowski atacaba cuando la carretera se empinaba y mostraba que tenía un punto más. Gilbert se guardaba para el final y Stubar intentó darle picante a la carrera. Postlberger se marchó por delante del grupo delantero y aguantó hasta que a falta de 13 kilómetros el ciclista del Quick-Step le atacó en un repecho. Stybar parecía fuerte, pero su final llegó cuando quiso Kwiatkowski.
El polaco comenzó a subir el último puerto de la jornada, Malhao y ahí se acabó la emoción. El campeón mundial en 2014 se puso en pie y apretó. Nadie pudo seguirle. Por detrás Guerreiro y Pauwels intentaron recortar, pero no había manera. Era muy superior. Cruzó la meta con cuatro segundos sobre Guerreiro, porque se dejó ir para celebrarlo. No tuvo problemas con el grupo del líder, su compañero Thomas entró a más de un minuto. Pero le sirvió para ser segundo. Van Garderen, entró en ese grupo y acabó tercero. Kwiatkowski llega fino antes de las clásicas. Las dos etapas más difíciles del Algarve fueron para él, con facilidad. Metiendo miedo a sus rivales.