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CLÁSICA DE SAN SEBASTIÁN

Homenaje a Haimar Zubeldia en el adiós a su larga carrera

Portará el dorsal uno en la Clásica de San Sebastián tras cedérselo Mollema, el más listo el año pasado en el final donostiarra y llevará una bici tuneada con sus mejores momentos.

Actualizado a
Zubeldia, en el Tour de 2016
jesus rubioDIARIO AS

San Sebastián despide a un grande. Sí, están muchos de los gallos del último Tour, hay nombres ilustres y una ausencia que muchos lloran, la del lesionado Valverde, pero por una vez las cámaras enfocan hacia otro lado, a la chepa de Haimar Zubeldia, el ciclista que se negaba a envejecer, un hombre que ha pasado por todos los estados posibles sobre dos ruedas: líder, colíder y gregario de lujo. Ante todo, es uno de los más queridos del pelotón. A sus 40 años, se lleva un protagonismo merecido en la Clásica de San Sebastián, con el dorsal uno que le cede gentilmente su compañero Mollema, que el año pasado fue el más listo, con un ataque en Igeldo con el que se llevó el suculento premio tras entrar en solitario en las calles de Donostia.

Atrás quedan 20 años en la élite. La organización dispensará un homenaje a corredor de Usurbil, y su equipo, el Trek, le ha preparado una bici tuneada con sus mejores momentos. Euskaltel, Astana, RadioShack y Trek han sido los lugares de paso de este bravo que hizo un cuarto puesto en el Tour de 2007, y un quinto, un sexto y dos octavos. Estos días ha asistido abrumado al cariño de la gente ”un cosquilleo en el estómago irrefrenable”. “No habré sido un ciclista ganador pero algo bueno habré hecho para aguantar ahí 20 años”, destaca con orgullo. En su decimosexta participación en la Grande Boucle, Zubeldia se queda a uno del récord de la carrera: “Sopesé las opciones y la mejor es bajarme tras la Clásica de San Sebastián, la prueba de casa. Me hacía ilusión retirarme así”.

No sale a ganar la Clásica, desde luego, esa misión descansa en Van Avermaet, Simon Yates, Gallopin, Landa (que luego irá a Burgos y renuncia a la Vuelta) y sobre todo Urán, que llega fino tras acabar segundo el pasado Tour y ser el único capaz de hacer sombra al 'ogro' Froome. El colombiano hizo un entrenamiento exigente sobre los decisivos últimos kilómetros de la Clásica el jueves con su equipo, el Cannondale.

La prueba echará de menos a Alejandro Valverde, quien ha hecho podio en cinco ocasiones, ganó la edición de 2014 y ha movido el árbol en busca del éxito siempre que ha participado, ya que el recorrido rompepiernas le va como un guante. Pese a ello, la cita vasca, una de las
mejores pruebas de un día del mundo, está llena de alicientes y la marea humana de que conforma la afición a lo largo de sus 232 kilómetros tendrá otra ración de gran ciclismo.
La sentencia siempre llega en el tramo final, muy  duro, con las subidas al puerto de Jaizkibel (primera categoría), el Alto de Arkale (segunda) y, sobre todo, las duras rampas por las laderas del Monte Igeldo a escasos kilómetros de meta, que harán la selección final.