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TOUR DE FRANCIA 2017

Sagan gana con una pata y Contador se asoma tras Porte

El doble campeón mundial se impuso a Matthews en la primera llegada en repecho. El español respondió fugazmente a un ataque del australiano.

Sagan gana con una pata y Contador se asoma tras Porte
Getty Images

El show de Peter Sagan comenzó en la tercera etapa, en el primer final en rampa. Era una llegada propicia para clasicómanos, para finalizadores en subida, eso que últimamente se ha dado por llamar 'uphill finishers'. El eslovaco no dejó escapar la ocasión. Y eso que se le salió un pie del pedal en el sprint. El doble campeón del mundo se impuso a Michael Matthews y Dan Martin, dos corredores del mismo corte en este tipo de metas. Durante la ascensión asomaron dos líderes: Alberto Contador respondió a un ataque de Richie Porte, pero ambos se apearon pronto. Geraint Thomas sigue con el maillot amarillo, aunque hay novedad en su cogote: Chris Froome ya ocupa la segunda plaza, a 12 segundos de su compatriota y compañero.

Entre risas, Sagan explicó tras cruzar la meta que cometió dos errores. El primero, lanzar el sprint demasiado lejos: tuvo que contenerse. Y el segundo, cuando se le salió un pedal en pleno sprint: tuvo que recolocar rápidamente su pie izquierdo para continuar su asalto. El chiste es fácil: ‘Sagan ganó con una pata’. La Cota de los Religiosos, en Longwy, era una llegada apta para su perfil: 1,6 kilómetros al 5,8% con una pendiente al 11%. De paso logró su octava victoria en el Tour y comenzó con poderío su abordaje a su sexto maillot verde consecutivo, una gesta que sólo ha logrado un corredor antes: el alemán Erik Zabel (1991-2001).

En la parte más exigente demarró uno de los gallos: Richie Porte. Detrás apareció Alberto Contador, que asomó por primera vez en cabeza en este Tour. No duró mucho, porque se desfondó. La iniciativa tampoco tenía aspecto de triunfar, como se demostró después. El australiano también sucumbió y dio paso a los amos de las clásicas. Hay ganas de Porte, muchas ganas. Y una buena actitud de Contador. En ese río revuelto, sin embargo, salió más favorecido Froome, que ha cribado la general y ya se ha aupado a la segunda plaza del podio. 

Los rescoldos de la contrarreloj

Dos días después de la contrarreloj, los rescoldos aún permanecían al rojo vivo. Por un lado, en el Hospital Universitario de Düsseldorf, donde siguen ingresados Ion Izagirre y Alejandro Valverde. El vasco fue intervenido este lunes de dos vértebras lumbares fracturadas. En la habitación contigua, el murciano colgaba un optimista vídeo en las redes sociales para comunicar que ya había comenzado con la recuperación de su rótula. Ambos dicen adiós a la temporada. El ciclismo les espera. Este lunes ya se les echó mucho en falta.

Por otro, el diario L’Équipe llegaba a los quioscos con una portada que cuestionaba la limpieza del Sky y, en consecuencia, de Froome. ‘Exceso de velocidad’, decía el titular, en referencia a una polémica que ya había sido resuelta el día anterior por el jurado en favor del equipo británico. El BMC y el FDJ habían denunciado el uso en el buzo de un material textil, el vortex, que beneficia la penetración del aire en torno a un 7 por ciento. La resolución parece clara. No está prohibido en el reglamento, así que lo puede utilizar cualquiera: incluso los denunciantes. Si se prohíbe en el futuro, será la UCI quien tenga la palabra, como ocurrió por ejemplo en natación con aquellos bañadores mágicos que batían récords a gogó. La evolución tecnológica, siempre dentro de la ética, no está reñida con el ciclismo. Al revés. O si no que le pregunten a Greg LeMond, cuando sacó aquel manillar de triatlón para ganar el Tour de 1989 por sólo 8 segundos.

Quien no sabemos si utiliza también ese material, o directamente una capa de Superman, es Adam Hansen. Que se metiera en la escapada del día no tiene nada de peculiar, salvo si añadimos que el australiano corre su 18ª gran vuelta por etapas consecutiva. Ha acabado las 17 anteriores, incluso con victorias de etapa: una en el Giro 2013 y otra en la Vuelta 2014. Le falta en el Tour. En ello está.

Hansen entró en la fuga con Politt, Sicard, Brown, Backaert y Hardy. Sólo este último sobrevivió después en el grupo cuando llegaron tres nuevos visitantes: De Gendt, Calmejane y Périchon. La etapa discurrió por un terreno quebrado, con dos cotas de tercera categoría y tres de cuarta. Y pasó por tres países: se salió de Bélgica, en concreto de Verviers, la localidad natal de Philippe Gilbert; se atravesó Luxemburgo durante 130 kilómetros y se terminó en Francia. Al fin en Francia.