Chad Haga volvió a sentirse ciclista tras su atropello
El estadounidense del Giant fue uno de los seis corredores arrollados en Calpe, mientras se entrenaban en pretemporada. Quedó 12º en Apeldoorn, a 16 segundos de Dumoulin.
Una tremenda cicatriz recorre el cuerpo de Chad Haga. Empieza debajo de su nariz y baja hasta el esternón: 97 puntos de sutura como consecuencia del atropello que sufrió en Calpe, durante un entrenamiento en enero. A Haga, afable estadounidense de 27 años residente en Girona, le evacuaron en helicóptero por la gravedad de sus heridas, unos cortes profundos y una fractura en el hueso de la órbita del ojo derecho: “Me acuerdo, pero de pocas cosas y dolorosas. Sujeté la mano de Sinkeldam, me trasladaron, me apretaron el cuello y luego entré en una habitación de hospital (el San Juan de Alicante)”. John Degenkolb, Warren Barguil, Max Walscheid, Ramon Sinkeldam y Fredrik Ludvigsson fueron sus otros compañeros arrollados.
En la crono inaugural del Giro, el Giant sumó su primer triunfo de 2016 gracias a Dumoulin. Y Haga volvió a sentirse ciclista. Nada más cruzar la meta rompió a llorar en brazos de uno de los auxiliares del equipo. “He vuelto”, le decía entre sollozos, aunque había competido desde el Critérium Internacional, en marzo. El norteamericano quedó en 12º lugar, a 16 segundos de su líder: “Me alegro mucho por Tom, también por mí. Me ha costado alcanzar una recuperación completa. A las secuelas físicas debes unir las psicológicas, existen factores fuera de tu control. Únicamente realizábamos nuestro trabajo… y casi nos cuesta la vida”. Con el reciente regreso de Degenkolb y el júbilo de Haga y Dumoulin, el Giant parece ya curado del shock.