Boonen y Cancellara tienen una cita con la historia en el pavés
El belga busca el récord de triunfos (cinco) en solitario y desempatar con De Vlaeminck. El suizo, igualarles a cuatro. Sagan y Vanmarcke, las amenazas.
La París-Roubaix cumple 120 años. Desde la primera edición, en 1896, sólo se dejaron de disputar cuatro por la Primera Guerra Mundial y tres por la Segunda. El sobrenombre de El Infierno del Norte se acuñó por el legado de desolación de la Gran Guerra a lo largo del trazado. En todo este tiempo, los belgas Roger de Vlaeminck y Tom Boonen han sido los que más veces han ganado la carrera, cuatro cada uno. Boonen aspira este domingo al récord en solitario: “Sólo sigo en activo para romper la plusmarca”. Fabian Cancellara, que se despide al finalizar la temporada, quiere empatar a cuatro con los flamencos: “Se trata de mi último deseo”. Los dos pertenecen al santoral del pavés.
Mientras el Etixx cuenta con otras dos bazas, Terpstra y Stybar, el Trek se ha volcado con el suizo desde que arrancó la primavera. Peter Sagan, campeón del mundo y vencedor en Flandes, busca un doblete que diez ciclistas han logrado en la historia, entre ellos Boonen y Cancellara (además, en dos ocasiones). No debemos olvidar a Vanmarcke, Kristoff, Boom, Stannard, Rowe, Boasson Hagen, Roelandts o Benoot, al margen de las sorpresas que suelen aparecer. Degenkolb no defenderá título debido al atropello que sufrió en enero en Calpe. Tampoco estarán Demare y Van Avermaet, lesionados en Flandes. Erviti, un séptimo puesto extraordinario en De Ronde, liderará al Movistar. Poblet (1958) y Flecha (2007) terminaron segundos, mejor posición española.
Los corredores afrontarán 52,8 km sobre adoquines, divididos en 27 sectores, de los 257,5 que desembocan en el vetusto velódromo de cemento de Roubaix. Aunque Sean Kelly, doble ganador, aseguró que “una Roubaix sin lluvia no es una auténtica Roubaix”, las predicciones no dan precipitaciones durante la carrera. Sin embargo, en los días previos se ha acumulado agua y barro en algunos tramos. Aparte, el horario de la salida se modificó para ajustarlo al de los ferrocarriles franceses. La organización pretende evitar que se produzcan imágenes como las de 2015, cuando medio pelotón se saltó un paso a nivel. También ha lanzado una seria advertencia: “Descalificaremos de manera inflexible”. Esperemos que el monumento de las piedras, en su 120 cumpleaños, se desarrolle sin percances.