Matthews gana el prólogo y Contador arranca a 16 segundos

A sus 25 años, Michael Matthews ha ganado etapas y ha sido líder en el Giro de Italia y en la Vuelta a España. También tiene una plata en el Mundial de 2015. Un pedazo de ciclista con un futuro todavía por definir. Se le etiqueta de hombre rápido, pero es mucho más. Un corredor capaz de ganar en repechos como Montecasino o Arcos de la Frontera. O de dominar el prólogo de la París-Niza, como hizo este domingo en Confians de Sainte Honorie sobre 6,1 kilómetros.

Matthews es el primer líder de la ronda francesa tras batir por un segundo al principal favorito, Tom Dumoulin. El neerlandés, que viene de ser cuarto en Omán, se destapó el año pasado en la Vuelta a España como ciclista de porvenir en las grandes carreras por etapas. Esta temporada se ha marcado dos objetivos: el Giro de Italia (con tres cronos) y la contrarreloj de los Juegos de Río. De momento está en la París-Niza y habrá que contar con él para todo, pese a la derrota inicial.

Alberto Contador evitó riesgos en la contrarreloj, sin acumular pérdidas relevantes: a 16 segundos del líder Matthews, a 15” de Dumoulin, a 10” de Ion Izagirre, a 9” de Geraint Thomas, a 6” de Richie Porte... Óptimamente situado respecto a sus presumibles rivales por la clasificación general, con dos llegadas en alto y sus respectivas bonificaciones todavía por delante. El madrileño, que fue tercero en el podio del Algarve, debuta aquí en el calendario World Tour 2016, en la misma carrera en la que se destapó en 2007 y seis años después de ganarla por segunda vez en 2010.

Mejor lo hicieron los aspirantes del Movistar, que siguen clonados en esta especialidad. Si en la contrarreloj de Sagres de la Vuelta al Algarve empataron a tiempo tres corredores (Izagirre, Oliveira y Castroviejo), en esta apertura de la París-Niza lo hicieron dos: Jesús Herrada y el propio Izagirre (quien, por cierto, viene de ser segundo en la ronda lusa). Ambos han comenzado a 6 segundos de Matthews, mientras que Gorka Izagirre entró a 14”. Habrá que seguirles con atención.

Este lunes, la primera etapa cubre tres tramos de tierra en los últimos 23 kilómetros. Primero, Tourteline (1,5 km). Y después, por dos veces, una subida de medio kilómetro a Tertre de la Motte, la última de ellas a 4 km del final. Unas especias para aderezar un trazado que, en otras circunstancias, estaría condenado al sprint final.