Tamayo, el colombiano que luchó “contra la corriente”
El ganador de la Titan Tropic Cuba vive en Zaragoza, donde reside desde los 18 años. Llegó “como un emigrante más, para buscar un futuro mejor”.
El primer ganador de la Titan Tropic Cuba es Diego Tamayo, un colombiano nacido en Palestina de Caldás en 1983, donde creció y montó en btt hasta que a los 18 años decidió poner rumbo a Europa “como un emigrante más”. Llegó a Zaragoza: “Me tocó difícil, no vine con un equipo, sino a buscar un futuro mejor. Tuve que compaginar la bici con el trabajo en las viñas de Barbastro durante dos años. No fue nada fácil”.
Le llegó la primera oportunidad en el club ciclista Iberia de Zaragoza, le fichó el Relax amateur, estuvo en el Cafés Baqué con Rubén Gorospe y en 2009 ganó la Vuelta a Navarra y “varias etapas” en el País Vasco. “Tuve la suerte de que me fichó el equipo Carmaioro, donde estaban Sella, Ventoso, Tonti… Me tocó ser gregario y, después, la crisis del ciclismo me golpeó de lleno”. En 2013, regresó a Colombia, pero no se integró: “Yo me había formado deportivamente en Zaragoza y por las condiciones de mi tierra, no fui capaz de readaptarme. Además, ya había hecho parte de mi vida en España”. Y volvió, “casi arrojando la toalla en el ciclismo”. “Me estaba cansando de luchar contra la corriente”.
Diego comenzó a trabajar en la tienda Zarabici, donde le surgió la oportunidad de competir en la Titan Desert 2014. “Conocí la carrera y saqué mi espíritu luchador nato, de meterme en fugas y dar la cara. Me llevé la última etapa. Quedé décimo y me gané una invitación para el año siguiente, este 2015 donde, por suerte, pude ganar”. También se ha anotado la Vuelta a Aragón, carreras en Bélgica, acudió a un Mundial… y se ha llevado la primera Titan Tropic. “Estas carreras son mediáticas y un buen escaparate”, asegura Tamayo, que estuvo en Cuba patrocinado por Tomás Bellés, una tienda de bicis de Manresa. “Ellos han confiado en mí, me han dado infraestructura y yo, además, sigo buscando un sponsor personal, que quiera confiar en mí”, cuenta Diego, que se confiesa: “Un apasionado del ciclismo, que busca un futuro mejor”.