Pablo Lastras ya ha soltado las muletas “después de siete meses y dos días”, pero por delante aún tiene que continuar “con mucho dolor” y “con mucha paciencia” con su exigente rehabilitación. El Penkas se cayó el 26 de marzo en el descenso del Coubet, en la Volta a Catalunya, y la cabeza de su fémur derecho destrozó su pelvis, que le tuvo que reconstruir el cirujano sevillano Pedro Cano Luis. A sus 39 años aún aspiraba a recuperarse para el ciclismo: “Me dije: ‘Estos no saben de qué soy capaz”. Pero este otoño ha decidido desistir: “La avería es muy gorda, es el final de mi carrera”.

Como buen hincha del Atleti, Lastras aplica el lema de Simeone: “Partido a partido”. Y ahora se ha marcado una prioridad: “Lucho para tener una vida normal, porque el médico no me lo ha asegurado. Sé que no voy a poder correr, saltar, ir en moto... En marzo, justo al año de mi caída, habrá una nueva valoración. Y no descartan incluso que me tenga que operar otra vez”.

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Tras su intervención quirúrgica en Barcelona, Lastras se mudó a Pamplona para iniciar la rehabilitación en la Mutua Navarra, con el médico Ángel Recarte y el fisioterapeuta Agustín Beorlegui. Vivió cinco meses solo en un apartamento. Hace unos días regresó para retomar la recuperación en su localidad de San Martín de Valdeiglesias. Hace la rehabilitación en casa, de la que se desplaza para ir a la piscina municipal o para visitar al fisio en Madrid dos días a la semana.

La pelvis ha sido el remate a su colección de lesiones: “Tengo 28 huesos rotos y diez operaciones”. A pesar de ello, ama su deporte: “Si volviera a nacer, sería ciclista”. Aunque si pudiera elegir, sí cambiaría dos cosas: “Me gustaría haber ayudado a algún compañero a ganar una gran vuelta. Y, sobre todo, me hubiera gustado elegir dónde, cómo y cuándo dejarlo. Mi idea era retirarme a los 41 años para redondear 20 temporadas”.

Ya está mentalizado de que no será posible y ahora piensa en el futuro: “Primero es recuperarme y luego querría seguir en el ciclismo. Me he formado y tengo todos los títulos de director. No sé si me veo en profesionales, me gustaría más trabajar con la cantera. Eso es muy necesario”. No sería raro que acabara en el Movistar, donde ha estado sus 18 temporadas más otras tres como amateur.

“Siento que he sido un privilegiado y que lo he dado todo sobre la bicicleta”, añade Lastras con orgullo. “Pero echo mucho de menos una cosa del ciclismo: que te dé el aire en la cara, la sensación de frío… Eso es lo que peor voy a llevar”.